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¡Ciudadanos de Quisqueya, estremézcanse! Un nuevo y espantoso mal se cierne sobre nuestras costas y sierras, peor que el apagón, la inflación y los embotellamientos de la Luperón juntos: ¡la libertad de culto!
Pero no se alarmen, que el “honorable” diputado Elías Wessin Chávez, con su mirada de águila y su temor a lo desconocido, ha aparecido como héroe.
El parlamentario, que parece ostentar un doctorado en “Geopolítica y Pánico Preventivo”, ha declarado que la mayor amenaza a la “seguridad nacional” no es el narcotráfico, ni la corrupción desbordada, sino un señor en túnica erigiendo un edificio de lujo en Bávaro.
Su tesitura, tan firme como un castillo de arena en la ribera, es la siguiente: “Una combinación de islamismo con vudú es una bomba de tiempo, peor que una nuclear.”
¡Genial! Se percibe que el diputado ha pasado largas horas en los laboratorios de ideas más avanzados del Congreso. Sin duda imagina una escena cataclísmica:
1. Un grupo de turistas, cansados de la bachata, se congrega en la mezquita.
2. De pronto, aparece una sacerdotisa vudú con turbante y machete ceremonial.
3. Ella convoca a los Loa para que recen en árabe.
4. ¡El desenlace es una catástrofe explosiva que transforma el todo incluido en un todo prohibido!
Resulta lamentable que el diputado Wessin Chávez, en su afán por prohibir lo exótico y lo incognito, haya olvidado que la Constitución de este país (esa norma que juró defender) garantiza la libertad de conciencia y de culto a todos. Pero, ¿qué vale la Constitución frente al miedo a la Chilaba?
Aplaudo su valentía para enfrentar a los verdaderos enemigos de la República: ¡los que desean rezar de otra manera! Si lo dejamos, el próximo proyecto de ley será:
* Prohibir el arroz, por si acaso es un arma de origen chino.
* Prohibir las pizzas, por si traen consigo a la mafia italiana.
* Y, sobre todo, prohibir el uso de la palabra “Amén”, por si encabeza una conspiración bíblica.
¡Gracias, diputado! Gracias a usted, la República Dominicana seguirá brillando como faro de intolerancia y como ejemplo mundial de cómo la fe de un solo hombre puede sobrepasar la ley de una nación. ¡Viva la prohibición, viva el temor y viva el Partido Quisqueyano Anticuado y temeroso de lo cristiano!
Ahora, la gran cuestión: ¿qué aparecerá primero en su lista de prohibiciones después de la Sharia? ¿El yoga, el sushi o el dominó con trampa?
Nota: el texto es una sátira generada por IA, sin intención de dañar honor personal.
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