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Cádiz (1973). Redactor y editor especializado en tecnología. Escribiendo profesionalmente desde 2017 para publicaciones y blogs en castellano.
Anualmente, miles de sepulturas se pierden en los camposantos europeos debido al descuido o al desgaste, y con ellas también se esfuman las narrativas familiares que albergan. Para contrarrestar esto, Geneanet promueve el proyecto “Rescatemos nuestras lápidas”, una iniciativa que une vanguardia tecnológica y memoria común mediante su aplicación Geneagraves, la cual permite digitalizar y consignar sepulcros de cualquier parte del mundo para que sus datos permanezcan accesibles en línea.
Desde su estreno, esta aplicación disponible para iOS y Android ha conseguido algo que hace una década parecía inalcanzable: convertir millones de lápidas en registros virtuales. Los colaboradores solamente requieren un teléfono y una cuenta en Geneanet para capturar imágenes de las tumbas y subir las fotos a la plataforma, donde se catalogan los nombres, las fechas y las inscripciones visibles en ellas.
El resultado es un vasto compendio colaborativo que acumula más de 7,5 millones de sepulturas consignadas merced a la colaboración de más de 32.000 individuos en más de cien naciones. Cualquier persona puede indagar por las tumbas de sus ancestros desde su hogar y descubrir información que antes solo era factible consultar visitando físicamente un camposanto.
Más allá de su utilidad genealógica, Geneagraves realza el valor de los cementerios como parte del patrimonio artístico y cultural. Cada lápida narra una historia y refleja usos, iconografía y estilos constructivos de su periodo. No obstante, la acción del tiempo y la falta de mantenimiento están abocando a muchas a desaparecer.
Su digitalización permite preservar no solo las designaciones, sino también los epitafios, las tallas, los textos grabados y los detalles decorativos que forman parte del legado histórico de cada comunidad. En territorio español, la propuesta ha tenido una excelente recepción, con usuarios que han documentado recintos funerarios completos en urbes y pueblos para evitar la pérdida de sus relatos.
La iniciativa “Rescatemos nuestras lápidas” no se restringe a los camposantos. Geneanet ha ampliado su alcance a otros lugares de recuerdo, como monumentos a caídos, placas conmemorativas, iglesias, capillas o memoriales, varios de ellos casi relegados al olvido. Fotografiar y compartir estos sitios contribuye a edificar una red de saber global donde cada imagen aporta un segmento al gran tapiz de la historia humana.
Aprovechando el Día de Todos los Santos, Geneanet subraya que la conservación digital de sepulturas y monumentos no es solo un acto de homenaje, sino una manera moderna de legar el pasado a las generaciones venideras.
“Cada nombre grabado en piedra es una marca en la historia. Capturarlo y difundirlo significa asegurar que jamás será olvidado”, expone Christophe Becker, presidente de Geneanet. Bajo este principio, la comunidad crece a diario, impulsada por la curiosidad y el anhelo de mantener vivas las raíces familiares.
Fundada en 1996, Geneanet constituye la base de datos de genealogía colaborativa más grande de Europa, contando con más de 5 millones de socios, 2 millones de linajes familiares y más de 9.000 millones de individuos registrados. Su cometido fusiona la afición por la historia con el potencial de la tecnología para hacer accesible la información familiar a todos.
Desde actas civiles y registros militares hasta fotografías antiguas y escrituras notariales, la plataforma se ha convertido en un instrumento fundamental para aquellos que buscan rehacer su árbol genealógico o sencillamente saber más sobre la trayectoria de sus antepasados.














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