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Residentes de estas localidades indicaron que, desde el miércoles pretérito, la incertidumbre les ha mantenido en vilo por el miedo a avenidas de agua que pudieran traducirse en la pérdida total de sus posesiones.
Durante una visita a las zonas catalogadas como vulnerables en la región Sur del país, Listín Diario comprobó las dificultades de los habitantes del barrio 30 de Mayo en Baní, un área que es surcada por una cañada homónima.
Los lugareños manifestaron que sus viviendas “siempre se anegan cuando hay precipitaciones”.
En la calle Marcial Soto esquina 5 de esa comunidad, las lluvias han convertido la vía en un torrente fangoso y oscuro. Una circunstancia que ha complicado el tránsito vehicular y obstaculiza el movimiento de los viandantes.
Sobrepasadas las 3:00 de la tarde de ayer, el agua acumulada en las arterias viales, en algunos puntos, alcanzaba el nivel de las aceras; en otros, cubría enteramente los neumáticos de los vehículos. Mientras, a quienes se desplazaban a pie, el agua gélida les llegaba a las rodillas y pantorrillas.
A lo largo del recorrido por sectores del municipio cabecera Baní, reporteros de este periódico observaron cómo la gente ponía a resguardo muebles, camas, enseres domésticos y otros enseres antes de que el agua invadiera sus moradas.
Mientras esto ocurría, quienes caminaban por calles inundadas se brindaban apoyo mutuo para poder cruzar y llegar a sus destinos.
“¡No tengo a dónde ir!” fue el lamento de Nidia Arias, un ama de casa de 70 años, al ver a los periodistas atestiguar la cruda realidad del sector 30 de Mayo, Baní, cada vez que llueve.
A pesar de no notar la presencia del ayuntamiento ni operativos de auxilio, con aflicción comentó: “Nos sentimos desamparados, no albergamos esperanzas porque nadie acude a socorrernos”.
Si bien su vivienda se encuentra a mayor altura que el cemento por donde fluye el agua que discurre en la cañada, es evidente su inquietud ante los posibles efectos del fenómeno meteorológico Melissa en el país.
“Aquí estoy a la espera de lo que la voluntad de Dios disponga, porque cuando eso comienza a desbordarse, inunda todas las casas”, expresó Nidia Arias.
En San Cristóbal, otra provincia de la región Sur, sus calles también sufrieron anegaciones.
Tal fue el caso del sector Moscú, en la calle 8. Allí, los vecinos intentaban desobstruir el sistema de drenaje que generó la retención del agua de los aguaceros.
Los residentes denuncian que cada vez que llueve se ven forzados a lidiar con la misma problemática debido a la falta de labores de saneamiento de cañadas y barrios por parte del Instituto Nacional de Aguas Potables y Alcantarillados (Inapa).
El líder comunitario, Juan Pinales, declaró: “La principal dificultad que se aprecia aquí es la falta de mantenimiento de los desagües, porque las autoridades no le dan seguimiento a esto”.
Al igual que esta área, otras comunidades de la provincia San Cristóbal reportaron crecidas de ríos y cañadas, incluyendo el municipio Bajos de Haina.















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