Este contenido fue hecho con la asistencia de una inteligencia artificial y contó con la revisión del editor/periodista.
Santo Domingo. – Juan Manuel Méndez, director del Centro de Operaciones de Emergencias (COE), enfatizó que la estrategia fundamental para reducir la exposición a los desastres naturales reside en la prevención y la educación, mucho más que en la mera reacción a episodios de emergencia. Hizo un llamado enfático a incorporar la educación sobre la gestión de riesgos en centros de enseñanza de todos los niveles (escuelas y universidades), buscando así forjar una verdadera cultura nacional de previsión.
Conversando este miércoles con la prensa de EL DÍA, en la sede central del organismo que dirige, Méndez exhortó vivamente a los gobiernos locales, instituciones educativas y agrupaciones vecinales a tomar un papel activo en la consolidación de una mentalidad enfocada en la gestión de riesgos. De igual modo, puso de relieve la labor crucial de los medios de comunicación en la orientación y concienciación del público.
“El único vehículo para alcanzar cada rincón del territorio nacional es a través de los comunicadores y la plataforma que ofrecen los medios de difusión. No obstante, es imperativo que el tema de la administración del riesgo se incorpore firmemente en el currículo de escuelas y universidades. Solo así lograremos capacitar a ciudadanos que actúen como multiplicadores del conocimiento preventivo”, expresó Méndez. Estas declaraciones surgieron al ser interpelado sobre la conducta ciudadana frente a la llegada de fenómenos naturales, tomando como punto de referencia el paso reciente de la tormenta tropical Melissa.
Méndez enfatizó que las administraciones municipales (ayuntamientos) tienen una responsabilidad mayúscula en la planificación del uso del suelo y en la supervisión rigurosa de aquellas edificaciones que surgen de manera informal, ya que estas últimas disparan la vulnerabilidad ante eventos adversos.
“Los cabildos deben enfocarse en el ordenamiento territorial. Cada vez que alguien decide construir en una elevación montañosa, en una pendiente o justo encima del cauce de un arroyo, está, de hecho, autoconstruyendo su propia fragilidad”, advirtió con seriedad.
El líder del COE subrayó que muchos de los percances naturales que afectan al país no son una consecuencia exclusiva de la potencia de la naturaleza, sino un resultado directo de la imprudencia humana en la ocupación y manejo del territorio.
“La naturaleza *per se* no genera desastres; es el ser humano quien levanta la vulnerabilidad. Cuando se construye donde está prohibido, la catástrofe resultante se vuelve inevitable”, sentenció con convicción.
Méndez recordó a los presentes que el Centro de Operaciones de Emergencias se creó formalmente mediante el Decreto 360-01 y fue ratificado legalmente por la Ley 147-02 sobre Gestión de Riesgos, promulgada en el año 2002.
El organismo comenzó sus funciones con una base de 22 instituciones asociadas, y hoy congrega a un número sensiblemente mayor, reflejo del crecimiento institucional y la complejización del andamiaje nacional de emergencias.
“El COE tiene la misión de coordinar todas las acciones relacionadas con la preparación, la respuesta inmediata y la posterior recuperación del país frente a cualquier desastre. Adicionalmente, ejerce el rol de voz oficial del Gobierno en momentos de emergencia”, aclaró Méndez.
El COE entra en fase de activación frente a amenazas inminentes de fenómenos naturales o ante sucesos que sobrepasan con creces la capacidad de respuesta provincial –tales como huracanes, movimientos sísmicos o grandes tormentas–. Su activación debe ser aprobada por el comité de la entidad, fundamentándose en los datos meteorológicos y la información directa recogida en el terreno.
El director del COE puso de manifiesto que, por mandato legal, la organización lidera anualmente tres grandes operativos a nivel nacional, todos ligados a festividades de índole religiosa: las celebraciones de la Natividad (Navidad), la conmemoración de Nuestra Señora de la Altagracia (21 de enero) y el despliegue correspondiente a la Semana Mayor (Semana Santa).
Estas movilizaciones ponen en acción a miles de voluntarios, efectivos militares y personal civil, con el propósito primordial de prevenir accidentes y salvaguardar vidas durante estos períodos caracterizados por una elevada movilidad social.
“Los tres grandes operativos tienen, sí, un origen religioso, pero están imbuídosen un profundo compromiso social. En diciembre, celebramos la Natividad; en enero, la fe hacia la Virgen de la Altagracia; y en Pascua, recordamos la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo. En cada uno de estos escenarios, el propósito final es idéntico: proteger la vida humana”, precisó Méndez.
El titular del COE agregó que la entidad renueva y pone al día cada dos años sus protocolos y planes de contingencia ante desastres naturales o incidentes provocados, actuando de manera coordinada con organismos internacionales de peso, como el Comando Sur de EE. UU. y la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
A esto, sumó la información de que el país dispone de un Plan Nacional de Evacuación ante la eventualidad de Terremotos, documento que data de 2009. Su concepción fue resultado directo de los primeros ejercicios de búsqueda y rescate en estructuras colapsadas que el COE había promovido desde el año 2007.
“A raíz de aquella experiencia, pudimos crear y formar brigadas sumamente especializadas, como la Unidad Humanitaria y de Rescate del Ejército (UHR) y diversos cuerpos de bomberos en diversas provincias. Incluso, gracias a la donación de equipamiento por parte del Comando Sur, hoy tenemos una capacidad de reacción más eficaz ante el derrumbe de estructuras”, especificó el director.
No obstante los notables avances alcanzados, Méndez se mostró realista, reconociendo que ninguna nación, en parte alguna del globo, puede considerarse plenamente blindada para confrontar la magnitud del daño que pueden ocasionar fenómenos como huracanes, sismos o intensas lluvias.
“No sería honesto decir que nuestra preparación es del 100%. Ningún país está en esa posición. Nadie puede estar totalmente listo para presenciar el colapso de sus instituciones o la pérdida irreparable de infraestructura esencial”, afirmó.
Para concluir, Méndez reafirmó la voluntad inquebrantable del COE para fortalecer tanto sus capacidades técnicas e infraestructurales, así como su capital humano. Al mismo tiempo, lanzó una firme exhortación a la ciudadanía a mantenerse constantemente informada y a actuar con máxima responsabilidad cada vez que los organismos oficiales emitan una alerta.
Agregar Comentario