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La clase política, en un gesto de reconocimiento, ha aclamado a Rodrigo Paz, en un marco de notable mutismo por parte de la izquierda

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El eco de la derecha regional y global** Las primeras congratulaciones vinieron de los sectores más conservadores, que ven en la derrota del MAS el cierre de un ciclo histórico.

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Desde EE.UU. hasta Sudamérica, líderes de distintas corrientes se manifestaron sobre el triunfo electoral de Paz, mientras que los gobiernos cercanos al socialismo del siglo XXI optaron por un cuidadoso mutismo diplomático.

**El triunfo de Rodrigo Paz Pereira en el balotaje presidencial** del domingo 19 de octubre no solo implica un recambio político en Bolivia, sino que además **redefine el mapa ideológico de la región.** Las respuestas internacionales a esta victoria navegan entre la diplomacia de rigor, las adhesiones entusiastas de referentes de la derecha y el hermetismo calculado de la izquierda que acompañó por dos décadas al Movimiento al Socialismo (MAS).

**El eco de la derecha regional y global**

Las primeras congratulaciones vinieron de los sectores más conservadores, que ven en la derrota del MAS el cierre de un ciclo histórico. “Quiero agradecer al secretario adjunto, al señor Landau, que en nombre del gobierno del presidente Trump nos ha llamado”, indicó Paz, al confirmar una charla con Christopher Landau, vicesecretario de Estado de Estados Unidos. El presidente electo mencionó que el diálogo se centró en la cooperación bilateral y la posibilidad de robustecer lazos con Washington.

Poco antes, el influyente senador norteamericano Marco Rubio extendió una felicitación formal a Paz. El exsenador republicano enfatizó que, tras dos décadas de “gestiones equivocadas”, el nuevo gobierno abre “una oportunidad transformadora” para ambas naciones, enfocada en combatir el crimen transnacional, fomentar la inversión y afianzar la seguridad regional.

Desde Buenos Aires, el presidente argentino **Javier Milei festejó abiertamente el revés del socialismo del siglo XXI.** “Bolivia va a reingresar al mundo libre”, sentenció, subrayando el “fin de la época del despilfarro estatal”. En línea similar, el gobernador paulista Tarcísio Gomes de Freitas, exministro de Jair Bolsonaro, sostuvo que el cambio boliviano “representa la fuerza de la democracia y el anhelo de libertad”, y agregó que América Latina “comienza a dar vuelta la página del populismo”.

El mensaje con mayor carga ideológica provino de Europa. Santiago Abascal, líder del partido ultraderechista español VOX, tildó el resultado como una “**liberación del yugo del masismo** y del nefasto socialismo del siglo XXI”, al que culpó por generar “pobreza, corrupción, miseria y muerte”.

**La cautela del progresismo**

Desde el ámbito progresista, en cambio, predominó un tono de mesura protocolaria. El presidente chileno **Gabriel Boric felicitó a Paz** “por su triunfo y por la participación democrática del pueblo boliviano”, ratificando el compromiso de cooperación mutua.

Desde Brasil, **Luiz Inácio Lula da Silva saludó la culminación del proceso electoral** en “un clima de tranquilidad y concordia”, y manifestó su disposición a continuar fortaleciendo la relación con un país que consideró “socio esencial” para la integración subregional.

El presidente paraguayo Santiago Peña también envió sus felicitaciones, tras conversar con Paz, destacando **”la ocasión de renovar la esperanza y estrechar los vínculos de hermandad entre Paraguay y Bolivia”**.

Líderes de la oposición venezolana, por su parte, celebraron el triunfo del PDC como una señal de revitalización democrática. La opositora y Nobel de la Paz, María Corina Machado, expresó su agradecimiento al presidente electo por su “firme respaldo a la causa venezolana”, mientras que Henrique Capriles resaltó que “cada voto emitido y respetado es un logro de la democracia”. Edmundo González Urrutia, de la Mesa de la Unidad, envió “felicitaciones y deseos de acierto”, indicando que Bolivia “inicia una fase exigente: reconstruir instituciones y reconciliar un país diverso”.

**El silencio elocuente**

En contraste, **el mutismo fue la tónica de los gobiernos más alineados con el eje del socialismo del siglo XXI.** Hasta ahora no se han conocido pronunciamientos de Nicolás Maduro (Venezuela), Gustavo Petro (Colombia), Miguel Díaz-Canel (Cuba), Vladimir Putin (Rusia) ni Xi Jinping (China), con quienes las administraciones de Evo Morales y Luis Arce mantuvieron lazos estrechos.

Una excepción fue la presidenta mexicana Claudia Sheinbaum, quien lamentó la “división interna de la izquierda en Bolivia”, pero se abstuvo de felicitar a Paz.

El abanico de reacciones deja patente que el cambio boliviano trasciende fronteras. Para algunos, el éxito de Rodrigo Paz simboliza el fin de la era del MAS. Para otros, plantea el desafío de mantener la ecuanimidad diplomática en un continente cada vez más polarizado. Lo indudable es que, con este resultado, Bolivia abre de nuevo el debate sobre el rumbo político de América del Sur.

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