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WASHINGTON — Las autoridades sanitarias federales dieron el visto bueno a otra versión genérica de la píldora abortiva mifepristona, un trámite regulatorio que rápidamente generó la oposición de grupos antiviolencia y de políticos afines al gobierno del presidente Donald Trump.
El laboratorio Evita Solutions informó en su página web que la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) aprobó su versión de bajo costo del fármaco, cuyo uso está permitido para interrumpir embarazos en las primeras diez semanas.
Students for Life Action, una organización contraria al aborto, emitió un comunicado en el que describió la aprobación como “una mancha sobre la presidencia de Trump y otra evidencia de que el deep state en la FDA debe ser eliminado”.
El senador republicano Josh Hawley también cuestionó la decisión, publicando en la red X: “He perdido la confianza en la dirección de la FDA”.
Estas críticas aparecen mientras los altos funcionarios de salud de la administración Trump, incluido el secretario de Salud Robert F. Kennedy Jr., enfrentan una presión creciente por parte de los detractores del aborto para reconsiderar el empleo de la mifepristona, aprobada hace 25 años y que la FDA ha reiterado como segura y eficaz.
En una carta dirigida a fiscales generales republicanos el mes pasado, Kennedy y el comisionado de la FDA, el Dr. Marty Makary, se comprometieron a llevar a cabo una revisión exhaustiva de la seguridad del medicamento.
La FDA autorizó la versión original de la mifepristona en el año 2000 y, con el tiempo, facilitó su acceso. Eso incluyó la autorización de la primera versión genérica en 2019, fabricada por GenBioPro.
Durante la gestión del presidente Joe Biden, la agencia permitió en 2021 la prescripción en línea y el envío por correo del fármaco, ampliando notablemente su disponibilidad. Desde entonces, los grupos opositores al aborto han luchado contra esa ampliación.
La autorización de genéricos suele ser un proceso rutinario en la FDA, que aprueba varias versiones una vez que vencen las patentes del producto original. En la mayoría de los casos, los laboratorios genéricos solo deben demostrar que su producto coincide con los componentes y la fórmula establecida por el fabricante original.
Normalmente, la FDA resuelve estas solicitudes en un plazo que no supera los diez meses. Sin embargo, los documentos publicados en el sitio de la agencia indican que Evita Solutions presentó su petición para comercializar la mifepristona hace cuatro años.
Hasta el momento, la compañía no ha respondido a los requerimientos de comentarios.
En su página, Evita declara que “considera que todas las personas deben contar con acceso a una atención abortiva segura, asequible, de alta calidad, eficaz y compasiva”.
La autorización de un segundo genérico probablemente no modificará el acceso a la píldora, que habitualmente se utiliza junto con otro fármaco, el misoprostol. La combinación representa aproximadamente dos tercios de todos los abortos en Estados Unidos. La mifepristona dilata el cuello uterino y bloquea la progesterona, mientras que el misoprostol induce contracciones uterinas.
El acceso a la mifepristona está limitado en gran parte del país por leyes estatales que prohíben el aborto o imponen restricciones al uso del medicamento. Estas normativas están siendo objeto de una serie de litigios que se encuentran en curso.
Las restricciones al uso de la píldora no cuentan con el respaldo de la mayoría de las principales asociaciones médicas, incluida la American Medical Association.
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