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París. **Nicolás Sarkozy** se transformó ayer en el primer antiguo jefe de Estado de Francia encarcelado desde la conclusión de la Segunda Guerra Mundial. La razón de su condena: maniobrar para financiar de forma ilegal su propia campaña electoral del año 2007 con fondos de origen libio. Siendo presidente entre 2007 y 2012, **Sarkozy** ingresó a primera hora de la mañana de ayer en el centro penitenciario parisino de la Santé. Deberá cumplir una pena que asciende a cinco años de reclusión por el concepto de asociación ilícita, dictada por una instancia judicial durante el pasado mes de septiembre.
“**Hoy están encerrando a un hombre inocente**”, escribió unos momentos antes en la red social X el ya exmandatario, que cuenta con 70 años. En su publicación, calificó la situación como un “escándalo en el ámbito de la justicia” y un auténtico “viacrucis”. “Finalmente, la verdad prevalecerá”, añadió en su mensaje. Su pena desató una gran controversia. El también esposo de la afamada cantante **Carla Bruni** criticó el hecho de que el tribunal ordenara su envío a prisión sin esperar el desenlace de su apelación. El juicio en segunda instancia se llevará a cabo en los próximos meses.
La cuestión de la entrada en prisión de modo cautelar es “un debate totalmente lícito que debe afrontarse con serenidad”, manifestó el actual presidente **Emmanuel Macron**. Este último fue objeto de críticas por parte de la oposición de izquierda por haberse reunido con su predecesor el viernes anterior. Al grito de **”¡Nicolás presidente!”** y **”¡Pongan en libertad a Sarkozy!”**, varias decenas de individuos atendieron al llamado de su núcleo familiar para ofrecerle un último saludo en el acomodado barrio al oeste de París donde residía.
El notorio líder de la derecha anticipó que entraría a la cárcel “con la cabeza bien alta”. Entre los títulos que llevó consigo al penal se encuentran una obra biográfica sobre la vida de Jesucristo y la célebre novela *El Conde de Montecristo*, la cual relata la historia del “inocente injustamente condenado más conocido de la literatura gala”. Para evitar cualquier tipo de encuentro con otros internos y posibles tomas fotográficas, ocupará una celda de apenas nueve metros cuadrados dentro del sector de aislamiento. Estas celdas están escasamente equipadas: habitualmente solo cuentan con una cama y una mesa de trabajo ancladas al suelo, una silla de material plástico, algunos estantes, un espacio para la ducha y un inodoro. A esto se suma una pequeña placa para calentar, nevera y un aparato de televisión. **”¡Vaya, bienvenido, Sarkozy!”**, fue el grito que lanzaron varios presos a su llegada a la única prisión de la capital francesa, según pudieron comprobar los periodistas de la agencia *Afp*.
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