Tecnologia

La señal se avanza al mañana: la empresa refuerza su cifre ante el acoso de los ataques informáticos de las computadoras cuánticas

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Esta expansión añade una tercera capa, bautizada como Sparse Post-Quantum Ratchet (SPQR), que fusiona criptografía clásica y poscuántica para dar vida a un "triple trinquete".

Este contenido fue hecho con la asistencia de una inteligencia artificial y contó con la revisión del editor/periodista.

Cádiz (1973). Redactor y editor con especialización en tecnología. Escribe de forma profesional desde 2017 para diversos medios de difusión y blogs en lengua española.

La aplicación de mensajería confirma que la protección no espera a la aparición inminente de amenazas: con su más reciente progreso, Signal y su cifrado cuántico establecen claramente que la privacidad requiere anticiparse a los desafíos tecnológicos futuros. La compañía ha anunciado la integración de una tercera capa dentro de su protocolo de extremo a extremo para asegurar la resistencia frente a posibles ataques originados por futuras computadoras cuánticas, manteniendo inalterada la experiencia de uso cotidiana. Se trata de una mejora estructural que se está desplegando progresivamente y de manera transparente, ideada para que el usuario no necesite intervenir en absoluto y, aun así, disfrute de un nivel de protección superior.

Esta novedad se superpone al ya conocido sistema de doble trinquete (*double ratchet*) que durante años ha brindado seguridad a los mensajes en Signal. Esta expansión añade una tercera capa, bautizada como Sparse Post-Quantum Ratchet (SPQR), que fusiona criptografía clásica y poscuántica para dar vida a un “triple trinquete”. En términos prácticos, esto se traduce en que, incluso si en el futuro una máquina cuántica lograra vulnerar una parte de los mecanismos actuales, la comunicación seguiría resguardada por capas adicionales diseñadas específicamente para resistir ese tipo de escenario.

Detrás de SPQR se encuentran estándares de última generación, como ML-KEM 768, un esquema de intercambio de claves que ha sido evaluado y estandarizado por el NIST, y la utilización de técnicas que robustecen tanto el acuerdo inicial de claves como su renovación constante. El propósito fundamental es impedir la táctica de “almacenar ahora para descifrar más tarde”, mediante la cual un atacante podría guardar mensajes cifrados con la esperanza de disponer de la capacidad cuántica suficiente para poder abrirlos en un momento posterior.

El cifrado cuántico de Signal se apoya en la naturaleza dinámica del trinquete, que realiza una rotación de claves con cada mensaje enviado, para insertar material criptográfico poscuántico sin que esto implique un aumento desmedido en el consumo de datos. La criptografía diseñada para resistir ataques cuánticos a menudo requiere claves de mayor tamaño; para suavizar este impacto, Signal fracciona y distribuye estas claves a lo largo de varios mensajes. De esta manera, consigue un equilibrio óptimo entre la seguridad reforzada y la eficiencia del sistema, un punto vital en redes móviles o en regiones con una conectividad limitada.

Otro elemento de gran trascendencia es la verificación formal del código que materializa estas modificaciones. En lugar de conformarse únicamente con las pruebas internas, el proceso de desarrollo incorpora metodologías de verificación matemática dentro del ciclo de ingeniería. Esta aproximación reduce significativamente la probabilidad de errores sutiles que, en el ámbito de la criptografía, pueden acarrear consecuencias muy graves. Además, al ser un proyecto de código abierto, la comunidad tiene la posibilidad de auditar y perfeccionar la implementación de forma continua.

La transición se llevará a cabo de forma progresiva hasta alcanzar la disponibilidad en la totalidad de las cuentas, momento a partir del cual Signal podrá hacer uso de esta mejora en cualquier modalidad de comunicación: mensajes individuales, chats de grupo, llamadas de voz y videollamadas. El usuario no percibirá ninguna diferencia en botones o menús; continuará interactuando como siempre, con la certeza de que el blindaje interno se ha vuelto considerablemente más robusto. Es una optimización de la infraestructura que no demanda un aprendizaje nuevo ni necesita de actualizaciones manuales, más allá de mantener la aplicación al día.

Esta acción también envía un mensaje clave a todo el sector: la carrera por alcanzar la seguridad poscuántica ha dejado de ser meramente teórica. Al integrar SPQR en un servicio que cuenta con una vasta base de usuarios, Signal impulsa la adopción práctica de estas técnicas y ejerce presión sobre otras plataformas para que sigan su ejemplo. Es fundamental recordar que el protocolo de Signal sirve de inspiración para una gran parte de la mensajería cifrada a nivel global, lo que implica que su evolución suele tener un efecto dominó en el resto del ecosistema digital.

La determinación de hacer públicos tanto el código como la documentación técnica añade una capa extra de fiabilidad. Cualquier persona puede revisar cómo se han integrado ML-KEM 768 y el nuevo trinquete, sugerir posibles optimizaciones o identificar fallas potenciales antes de que estas se conviertan en un problema mayor. En el corto plazo, seremos testigos de una coexistencia entre la criptografía tradicional y la poscuántica; a medio plazo, estos diseños de carácter híbrido se establecerán como la norma dentro de las herramientas que priorizan la privacidad. Y para cuando la computación cuántica dé su gran salto, las conversaciones ya habrán sido preparadas.

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