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La táctica que hay tras los nombres más inusuales de los artistas latinos

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Hoy en día debemos buscar elementos que ayuden al público a identificarnos.

Este contenido fue hecho con la asistencia de una inteligencia artificial y contó con la revisión del editor/periodista.

En la era digital, los artistas latinos emergentes no solo pretenden innovar con sus canciones, sino también con su imagen visual: tipografías, tonos y nombres difíciles de articular, alternando mayúsculas y minúsculas de manera aleatoria y mezclando idiomas, todo como táctica para sobresalir en las redes sociales.

La finalidad es destacar tanto en redes como en plataformas de streaming, donde los elementos llamativos pueden marcar la diferencia entre quedar atrapado por el algoritmo o convertirse en tendencia, señalaron a EFE varios cantantes y expertos en marketing digital.

Adoptar una identidad artística no es una novedad; ya lo hacían desde Pedro Infante hasta José José, pasando por Juan Gabriel, Rocío Dúrcal y hasta Chayanne, cuyo nombre real es Elmer Figueroa, buscando transmitir elegancia o una firma fácil de recordar.

Otros, influenciados por el hip‑hop, donde los intérpretes asumían un “alter ego” que protegía su verdadera persona, optaron por nombres en inglés poco comunes. De ahí surgieron en la música urbana en español nombres como los de Don Omar, Daddy Yankee y Nicky Jam, entre otros.

Hacer la diferencia

Sin embargo, a los nuevos cantantes latinos no les basta el talento ni un video o pista viral; pretenden diferenciarse visualmente. El nombre artístico debe destacar en buscadores, hashtags o dominios web.

“Hoy en día, un artista no solo requiere un sonido propio, sino un rasgo distintivo que refleje su personalidad y su marca. No basta solo con la música o la estética: esa identidad tiene que traducirse en una narrativa que genere conexión”, explicó a EFE Carlos “Charly” Pérez, fundador y CEO de Studio VII.

“Es ahí donde los fans deciden acompañarte y sentirse parte de tu propuesta en medio de la enorme variedad de artistas que existen ahora”, añadió el especialista, quien integró el equipo que lanzó a Karol G, J Balvin, Feid y otros en Universal Music Latin.

“La forma en la que los nuevos cantantes llegan a su público, que es primordialmente joven, es a través de las redes. Para sobresalir visualmente y para que los algoritmos los reconozcan, deben contar con nombres y elementos gráficos impactantes”, comentó Andrea Ramírez, presidenta de Andrea Ramírez PR, que gestiona la imagen del puertorriqueño Myke Towers, entre muchos otros.

Bad Bunny demostró, además, que una manera de escribir puede convertirse en una herramienta potente. El creador de su ya icónico álbum “DeBÍ TiRAR MÁS FOToS” y de todas sus canciones utiliza una mezcla de mayúsculas y minúsculas.

La venezolana Corina Smith no emplea mayúsculas en sus materiales promocionales ni en sus comunicaciones en redes sociales ni en los mensajes a sus fans.

La dominicana Adri Torrón, que lanzará su primer disco “REDSTAR” en octubre, reveló que su imagen actual gira en torno al color rojo. “Hoy en día debemos buscar elementos que ayuden al público a identificarnos. En mi caso, el color coincide con el título del disco y siento que me representa”, señaló en una entrevista vestida de ese tono y con el cabello con reflejos burdeos (rojo oscuro).

Eso sí, “un nombre o look extravagante genera atención inmediata, pero también corre el riesgo de ser difícil de recordar o buscar, y que el interés inicial por la identidad visual opaque la música”, añade Pérez.

Para Ramírez, todo se reduce a equilibrio, pues “lo que suena divertido ahora o disruptivo puede convertirse en un problema para un artista más adelante, o incluso alejar a un público que podría interesarle en el futuro. Lo esencial es tener clara la meta”.

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