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En todas partes, el café trasciende ser solo una bebida: constituye un rito. Desde los baristas que prueban novedosas técnicas de extracción hasta los modestos cultivadores que producen granos bajo condiciones singulares, la variedad que rodea a esta infusión es enorme.
Todos reconocen variedades como el café con leche, solo, capuchino o el carajillo, sin embargo en distintas regiones se elabora con componentes bastante inusuales o su origen resulta especialmente singular.
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A continuación, exploremos algunas de las maneras más curiosas de tomar café alrededor del planeta:
Cubos de queso “leipäjuusto” se sumergen en café caliente; el queso se suaviza y absorbe la bebida, generando una combinación reconfortante.
Espresso mezclado con yema de huevo batida, leche condensada y azúcar; resulta cremoso, dulce y con una consistencia de postre, surgido en los años 40.
Café fuerte acompañado de una cucharada de mantequilla, que atenúa la amargura y brinda un gusto más denso y caramelizado.
Uno de los pioneros cafés helados: espresso, hielo, jugo y cáscara de limón, a veces con un leve toque de licor.
Famoso y polémico, elaborado con granos que han pasado por el sistema digestivo de civetas; su sabor resulta menos ácido y más delicado.
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