Salud

Las terapias cardíacas se adaptarán al perfil genético del paciente

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Mutaciones en genes concretos pueden predisponer a arritmias, miocardiopatías o a niveles peligrosamente altos de colesterol desde edades tempranas.

Este contenido fue hecho con la asistencia de una inteligencia artificial y contó con la revisión del editor/periodista.

“El mensaje sigue siendo claro: cuidemos lo que podemos controlar hoy, mientras la ciencia abre nuevas puertas para el mañana”, afirma la cardióloga.

El pasado 29 de septiembre se conmemoró el Día Mundial del Corazón y, gracias a los progresos científicos, esta edición cuenta con importantes descubrimientos para abordar las distintas patologías que afectan este órgano, esencial para el funcionamiento del organismo humano.

Para conocer cuáles son esos avances, consultamos a la cardióloga ecocardiografista Oneyda Ramírez, quien señala que esta fecha es un recordatorio, sobre todo para los profesionales de la salud, de la enorme carga que representan las enfermedades cardiovasculares tanto en República Dominicana como a nivel global.

La especialista del corazón, quien atiende en el centro médico Corazones Unidos y es miembro titular de la Sociedad Dominicana de Cardiología (Sodocardio), indica que las afecciones cardíacas (cardiovasculares) constituyen la principal causa de mortalidad en el mundo occidental. No obstante, la ocasión invita a reflexionar sobre los progresos “que hoy tenemos a nuestro alcance y las terapias que se perfilan en el horizonte para reparar y proteger nuestro corazón”.

Según la cardióloga, durante décadas la cardiología se basó en fármacos, cirugías a corazón abierto y cambios en el estilo de vida. Sin embargo, “hoy vivimos una etapa sin precedentes, en la que la genética y la biología celular se han convertido en tratamientos que han revolucionado la enfermedad cardiovascular”.

Añade también que otro de los avances en el campo de las enfermedades cardiovasculares son las terapias mínimamente invasivas, las cuales, según ella, están transformando los protocolos de tratamiento.

Otros avances

Ramírez precisa que, gracias al desarrollo de la genómica, hoy es posible reducir los riesgos de las patologías cardíacas.

“Sabemos que nuestros genes inciden de manera directa en la probabilidad de sufrir enfermedades cardiovasculares. Mutaciones en genes concretos pueden predisponer a arritmias, miocardiopatías o a niveles peligrosamente altos de colesterol desde edades tempranas. En la actualidad podemos diagnosticar a tiempo a los familiares de pacientes con estas condiciones y ofrecer un plan preventivo personalizado”, sostiene.

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Añade, además, que aunque las terapias génicas todavía se encuentran en fase investigativa, ya existen estudios que buscan corregir defectos en genes responsables de enfermedades cardíacas hereditarias.

“El futuro apunta a una cardiología de precisión, donde el tratamiento se ajustará a la huella genética de cada paciente”.

Retos de los cardiólogos y las células madre

La doctora explica que el mayor desafío para los profesionales de la cardiología es la insuficiencia cardíaca secundaria, que se origina a partir de una cardiopatía isquémica crónica o hipertensiva; para ello, actualmente disponen de “un arsenal terapéutico de vanguardia con resultados muy prometedores”.

Sin embargo, indica que existe un grupo de pacientes con fallo refractario al tratamiento convencional, para los cuales se ha planteado el uso de células madre, con el objetivo de regenerar el músculo cardíaco mediante la liberación de factores tróficos que favorecen la angiogénesis (formación de nuevos vasos sanguíneos), disminuyendo la inflamación y la remodelación fibrótica, y atenuando el daño del tejido cardíaco.

“Aunque esto suene alentador, debemos ser claros: la evidencia científica aún no confirma de forma sólida que estas terapias mejoren la función del corazón, y siguen en fase experimental”, puntualiza.

La especialista remarca que la posición del American College of Cardiology y de la Sociedad Europea de Cardiología es que se requieren más investigaciones mediante ensayos clínicos aleatorios y controlados, que validen su eficacia y seguridad antes de autorizar su uso.

Para mantener un corazón sano, la doctora Ramírez recomienda una alimentación balanceada, actividad física regular y la realización de chequeos médicos periódicos.

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