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Con una ventaja de 3-0 en la Serie de Campeonato sobre Milwaukee, los Dodgers se encuentran a solo un triunfo de asegurar su quinta presencia en la Serie Mundial en las últimas ocho temporadas.
Esta es la versión de los Dodgers que todos temían. Aquella que combina un *roster* multimillonario, lanzadores de élite y una profundidad ilimitada en el *bullpen*. El equipo que no titubea.
Tras imponerse 3-1 a los Cerveceros en el tercer encuentro de la Serie de Campeonato de la Liga Nacional, los Dodgers están a solo una victoria de alcanzar su quinta Serie Mundial en ocho años. Liderando la serie 3-0, la única incógnita es si Milwaukee logrará evitar la barrida, o si Shohei Ohtani, programado para lanzar el cuarto partido este viernes por la noche, los enviará directamente a las vacaciones.
Y, como era de esperarse, fue Shohei Ohtani —quien atravesaba una mala racha y estaba bajo escrutinio— el que encendió el tercer juego. Ohtani venía de una seguidilla brutal: un 2 de 25, con 12 ponches y sin *extrabases* desde el primer partido de la ronda de comodines. Esa sequía terminó en la parte baja de la primera entrada cuando Ohtani conectó un triple con un *swing* a una mano por la línea del jardín derecho.
El siguiente bateador, Mookie Betts, que no había conectado hits en octubre contra lanzadores zurdos, lo impulsó con un doblete. Así, los Dodgers se pusieron en el marcador. Así, el corazón de su alineación se activó.
Aaron Ashby, el abridor zurdo de Milwaukee, enfrentó a solo cuatro bateadores. Retiró a Will Smith, dio una base por bolas y permitió dos *extrabases*. Su jornada concluyó tras solo un tercio de entrada.
Fue una muestra de lo implacable que puede ser la ofensiva *angelina* cuando sus estrellas están en racha.
Los Cerveceros igualaron la pizarra en la segunda entrada, cuando Caleb Durbin conectó un triple con un *out* y anotó con un sencillo de Jake Bauers, el primer *hit* de Milwaukee que no fue con *recta* en toda la serie. Pero Tyler Glasnow no se derrumbó. Respondió ponchando a los tres bateadores en la tercera y mantuvo una actuación *de alto octanaje* hasta la sexta.
El balance final de Glasnow: 5.2 entradas, una carrera permitida, tres hits, tres bases por bolas y ocho ponches. Otro gran inicio en *postemporada* para una rotación que ahora suma una efectividad de 1.54 en octubre.
Cuando Glasnow concedió un boleto a Andrew Vaughn con dos *outs* en la sexta, Dave Roberts recurrió a Alex Vesia, quien rápidamente liquidó a Sal Frelick con un ponche de tres lanzamientos.
A partir de ahí, el *bullpen* de los Dodgers, criticado duramente durante la temporada regular, brilló. Blake Treinen sorteó los problemas con cautela en la séptima. Anthony Banda necesitó solo 10 lanzamientos para una octava limpia. Y en la novena, Roki Sasaki, el lanzallamas de 23 años, cerró el juego con eficiencia: 13 lanzamientos, un ponche, su tercer salvamento de la *postemporada*.
El punto de inflexión llegó en la parte baja de la sexta. Con el juego empatado 1-1, Will Smith conectó un sencillo y Freddie Freeman recibió una base por bolas inteligente tras un duelo de ajedrez en el reloj de lanzamientos con Jacob Misiorowski, el fascinante relevista novato de los Cerveceros, quien había ponchado a ocho de los primeros 15 bateadores que enfrentó.
Esto dejó el escenario listo para Tommy Edman, protagonista del momento de la noche: un sencillo productor que dio la ventaja 2-1 a los Dodgers. Pocos lanzamientos después, el marcador subió a 3-1, gracias a un costoso error: el relevista de los Cerveceros, Abner Uribe, envió un tiro desviado durante un intento de *viraje*, permitiendo que Freeman anotara desde tercera.
En una serie donde los márgenes son mínimos y cada error se magnifica, los Dodgers capitalizaron la oportunidad. Y eso fue suficiente. Han ganado ocho de nueve partidos en esta *postemporada*. Han limitado a sus rivales a tres carreras o menos en todos los encuentros, excepto uno. Su *bullpen*, al que se daba por perdido a principios de año, solo ha permitido dos carreras en sus últimas 16 entradas.
Lo están logrando con *pitcheo* dominante. Con *bateo* oportuno. Con defensa precisa. Con sus estrellas finalmente rindiendo como tales. El viernes por la noche, le entregarán la pelota a Ohtani, quien podría estar a solo una victoria de devolver a los Dodgers a la Serie Mundial.
Antes del inicio de la Serie de Campeonato de la Liga Nacional, los Cerveceros, dueños del mejor récord del béisbol en la temporada regular, se presentaban como una especie de ‘navaja suiza’.
Un equipo versátil. Podían vencerte con contacto, robos de base, un *bullpen* inquebrantable, un posible finalista del Premio Cy Young, una defensa sólida, y, de ser necesario, con poder. Un equipo de béisbol de fundamentos sólidos.
Pero ahora, son los Dodgers quienes parecen haber absorbido esa virtud.
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