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Líderes empresariales consideran la influencia de la educación en el progreso del país. Guillermo Burgos.
Con motivo del 58.º aniversario, la Fundación de Crédito Educativo (Fundapec) convocó ayer a destacados ejecutivos en un panel que abordó la necesidad de que las universidades impulsen más el ingenio, la creatividad y las competencias humanas en los jóvenes estudiantes, como recursos para afrontar los cambios del mercado laboral.
El encuentro se organizó bajo la temática “Capital humano y competitividad: el papel de la educación en la transformación nacional” y contó con la participación de Elena Viyella de Paliza, presidenta del consejo de administración de Unapec; Manuel Corripio, presidente ejecutivo del Grupo Corripio; Héctor José Rizek, presidente del Grupo Rizek; y Pedro Brache, presidente del Grupo Rica.
Durante la conversación, al referirse a las cualidades y destrezas que se esperan de los nuevos talentos para impulsar un mejor desarrollo del país, Manuel Corripio resaltó que, más allá de la formación técnica, los jóvenes deben recibir desde la academia habilidades que les permitan adaptarse en momentos como el actual, en los que la tecnología avanza a tal punto de desvalorizar ciertas profesiones.
Según Corripio, la preparación académica sigue teniendo gran importancia, pero también hay otros factores que con el tiempo han cobrado más relevancia, como la inventiva y la originalidad. En ese sentido, subrayó que esas características pueden ser incluso más decisivas que la experiencia, dado que muchos de los retos que enfrenta la nación quizá no tengan solución en lo ya conocido, sino en la capacidad de innovar.
En la misma línea, Pedro Brache señaló que, para lograr una sociedad más próspera y exitosa, es necesario que el talento humano de las empresas se desarrolle en torno a cuatro pilares esenciales: cognitivo, liderazgo, digital y relaciones interpersonales.
“Necesitamos personas con habilidades de liderazgo que inspiren a los demás”, enfatizó Brache, quien además destacó el papel crucial de las compañías en motivar, transformar y capacitar a sus empleados.
Por su parte, Elena Viyella respaldó la postura de los panelistas y aprobó la necesidad de fortalecer desde la universidad el desarrollo de competencias blandas como el trabajo en equipo, la comunicación eficaz y la gestión emocional.
Asimismo, recordó que el proceso de aprendizaje y la educación nunca terminan, por lo que es vital crear conciencia en la población sobre la importancia de seguir formándose y progresando.
También se discutieron los retos que plantea la alineación entre la oferta educativa y las demandas del mercado laboral, así como la urgencia de consolidar alianzas público‑privadas que acerquen más al sistema educativo a las empresas y al Estado. Los ponentes enfatizaron la responsabilidad compartida del sector privado en la generación de oportunidades para los jóvenes y en la promoción del talento nacional.
Al respecto, Héctor José Rizek opinó, dada la delicadeza de la situación actual con el vertiginoso desarrollo de las tecnologías, que resulta indispensable crear un pacto educativo nacional, pues, de no hacerlo, con la brecha educativa y digital existente, muchos podrían quedar rezagados.
En ese sentido, la presidenta del consejo de administración de Fundapec, Yolanda Valdez, reiteró el compromiso de la institución con la movilidad social y el acceso equitativo a una educación de calidad, al tiempo que manifestó su voluntad de trabajar de la mano con el mercado laboral en la formulación de estrategias para el desarrollo del talento dominicano.
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