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Ocho días antes de que Al Horford sellara su vínculo con los Golden State Warriors, su futuro pívot de experiencia cenaba en San Diego junto a un grupo de hombres a los que únicamente había enfrentado como rivales.
Horford califica su enfoque dentro de la NBA moderna como “a la antigua usanza”. Él no “socializa” con los contrarios.
“Si eres mi compañero de equipo, estoy contigo, te cubro la espalda y mi compromiso contigo es total”, explicó Horford a ESPN. “Pero todos esos abrazos, la charla en el centro de la cancha al finalizar el partido y toda esa camaradería… ¡No!”.
La cena transcurrió de forma relajada. Faltaba una semana para el inicio de los entrenamientos. Horford, aunque comprometido con el equipo, aún no había firmado de manera oficial debido al estancamiento con Jonathan Kuminga.
Mientras el vino circulaba, Horford evitó cualquier mención al doloroso desenlace de los playoffs con Draymond Green y Jimmy Butler, uno de sus adversarios más fieros (y temperamentales) del Este. Sin embargo, Stephen Curry abrió la puerta al tema con un toque muy característico.
“Hablamos de su primer partido”, comentó Curry.
En el Juego 1 de las Finales de la NBA de 2022, Horford encestó seis triples y anotó 26 puntos en San Francisco, arrebatando a los Boston Celtics el control inmediato de la serie mientras perseguía su primer campeonato en su decimoquinta temporada. Fue uno de los desempeños más destacados de su carrera. Pero pronto le seguiría uno de los más duros.
“Luego abordamos el Juego 4”, dijo Curry, “Cuando, de alguna manera, se lo arrebatamos”.
En el que es quizás el partido más icónico de la trayectoria de Curry en la NBA, se recuperó de una dolorosa lesión en el pie y anotó 43 puntos ante una ferviente multitud en Boston para retomar el control de la serie y asegurar su cuarto título.
En julio, tres años después de ese crucial encuentro de las Finales, Curry recibió un mensaje de Horford.
Fuentes internas señalan que Horford decidió unirse a los Warriors por iniciativa propia, sin requerir un proceso de cortejo tradicional.
Green recuerda haberle preguntado más tarde ese verano al gerente general, Mike Dunleavy, si debía contactar a Horford para reclutarlo.
“Puedes llamarlo, pero esto ya está cerrado”, le respondió Dunleavy a Green.
A pesar de todo, la conversación con Curry fue significativa para Horford. El mensaje de texto derivó en una llamada a mediados de julio. Curry no solo es la imagen de la franquicia, sino también, con 37 años, el compañero que más se asemeja a Horford, de 39. Quería consultarle sobre el personal médico y el plan de mantenimiento de dos jugadores que comenzaron sus carreras universitarias durante la administración de George Bush.
“Fue, básicamente, la conversación más ‘veterana’ que podrías tener en tu vida”, señaló Curry a la prensa.
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