Este contenido fue hecho con la asistencia de una inteligencia artificial y contó con la revisión del editor/periodista.
BOSTON (AP) — Dos magistrados federales resolvieron casi al mismo tiempo el viernes que la gestión del presidente Donald Trump debe continuar aportando capital al SNAP, el sistema de auxilio alimentario más extenso del país, recurriendo a recursos de emergencia durante el cese de actividades gubernamentales.
Los jueces en Massachusetts y Rhode Island dieron a la administración la opción de sufragar el programa total o parcialmente para noviembre.
Estas resoluciones se emitieron un día antes de que el Departamento de Agricultura de EE. UU. (USDA) paralizara las transferencias al Programa de Asistencia Nutricional Suplementaria (SNAP) alegando que ya no podía costearlo debido a la clausura.
El programa asiste a uno de cada ocho ciudadanos norteamericanos, constituye un pilar fundamental de la red de protección social de la nación y representa unos 8.000 millones de dólares mensuales a nivel nacional.
Los procuradores estatales o los gobernadores del partido demócrata de 25 estados, además del Distrito de Columbia, impugnaron el plan de detener el programa, argumentado que la administración tiene el deber legal de mantenerlo operativo en sus respectivas zonas.
El gobierno federal sostiene que no le está permitido emplear un fondo de emergencia con cerca de 5.000 millones de dólares para dicho programa, y deshizo una directriz del Departamento de Agricultura previa al cese que indicaba que ese dinero se usaría para la continuidad del SNAP. Los funcionarios demócratas indican que ese monto no solo puede sino que debe ser utilizado. También señalaron que existe otro fondo aparte con unos 23.000 millones de dólares disponible para tal fin.
En un litigio iniciado por municipios y corporaciones sin fines de lucro, el juez federal John J. McConnell falló en Providence, Rhode Island, que el sistema debe ser financiado utilizando al menos los fondos de contingencia, e instó a un informe de progreso para el lunes.
Además de instruir al gobierno central a emplear reservas extraordinarias para respaldar los beneficios del SNAP, McConnell estipuló que todas las dispensas de requisitos laborales previas deben ser respetadas. Durante el paro, el Departamento de Agricultura ha eliminado las exenciones que liberaban de obligaciones laborales a adultos mayores, excombatientes y otros.
“El dictamen del tribunal protege a millones de familias, personas mayores y veteranos de ser usados como instrumento en un enfrentamiento político y defiende el principio de que nadie en Estados Unidos debería pasar necesidad”, comentó Skye Perryman, presidenta y directora ejecutiva de Democracy Forward, sobre la decisión de McConnell.
Hubo aspectos paralelos en el caso de Boston, donde la magistrada federal Indira Talwani dictaminó en una resolución escrita que el USDA debe costear el SNAP, calificando la interrupción de “ilegal”. Ordenó a la autoridad federal informar al tribunal para el lunes si utilizará los fondos de emergencia para ofrecer prestaciones mermadas del SNAP en noviembre o si costeará el programa completamente “utilizando tanto los recursos de contingencia como capital adicional disponible”.
“La interrupción de los pagos del SNAP por parte de los demandados se basó en la creencia equivocada de que los Fondos de Contingencia no podían aplicarse para asegurar la prosecución de los pagos del SNAP”, escribió la jueza. “Este tribunal ya ha aclarado que los demandados están obligados a usar esos Fondos de Contingencia según sea necesario para el programa SNAP”.
Tras el fallo, no quedó claro qué tan rápido podrían recargarse las tarjetas de débito que los beneficiarios usan para adquirir alimentos. Ese procedimiento usualmente requiere de una a dos semanas.
Es previsible que las resoluciones sean objeto de apelaciones.
Los estados, bancos de alimentos y receptores del SNAP se habían estado preparando para un cambio brusco en la manera en que las personas de bajos recursos pueden acceder a alimentos. Defensores y beneficiarios afirman que suspender el apoyo alimentario forzaría a la gente a decidir entre comprar víveres y cubrir otras obligaciones.
La mayoría de las jurisdicciones han anunciado más capital, o más ágil, para bancos de alimentos o métodos ingeniosos para depositar al menos una parte de los beneficios en las tarjetas de débito usadas en el sistema.
En una rueda de prensa en Washington el viernes, la Secretaria de Agricultura, Brooke Rollins, cuyo departamento gestiona el SNAP, indicó que los fondos de emergencia en cuestión no cubrirán por mucho tiempo el coste del programa de sustento alimenticio. Al intervenir en una comparecencia junto al presidente de la Cámara de Representantes Mike Johnson en el Capitolio, la funcionaria culpó a los demócratas por negarse a terminar con su bloqueo en el Senado y alcanzar un acuerdo presupuestario con los republicanos.
Para ser elegible para el SNAP en 2025, el ingreso neto de un núcleo familiar de cuatro tras ciertos gastos no puede superar el umbral de pobreza federal, situado en cerca de 31.000 dólares anuales. El año anterior, el programa asistió a 41 millones de personas, cerca de dos tercios de las cuales eran familias con descendencia.
Mulvihill cubrió desde Haddonfield, Nueva Jersey; Kruesi desde Providence, Rhode Island; y Lisa Mascaro en Washington, D.C.
Esta crónica fue adaptada del inglés por un editor de AP con asistencia de un sistema de inteligencia artificial generativa.















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