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En diversas comunidades, especialmente en el Gran Santo Domingo, están utilizando las intensas precipitaciones de estos días para recalcar la urgencia de reparar sus vías, algunas de las cuales cuentan con aceras y bordillos desde hace considerable tiempo, como es el caso de Palacio en Emgombe, pero cuyas calzadas se transforman en difíciles ciénagas cuando caen las lluvias.
Ante la persistencia y fuerza de las lluvias, como las que estamos viviendo, la situación de los residentes de estas zonas es verdaderamente angustiosa; los ayuntamientos deben acudir en su auxilio, pues para eso fueron elegidos, no únicamente para disfrutar de un periodo bajo el amparo del presupuesto municipal y de los fondos que les transfiere el Poder Ejecutivo provenientes de los ingresos nacionales. ¡Es hora de actuar, pongan manos a la obra sin demora!
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