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La disposición fue refrendada por el intendente (alcalde) Gustavo Penayo, del Partido Colorado, y divulgada en los perfiles sociales de la municipalidad, la cual, conforme al último Censo Nacional de 2022, alberga a poco más de 6.000 residentes.
El dictamen veda de manera explícita “toda clase de festejos, actos o iniciativas públicas o privadas alusivas o remembranzas de Halloween”, por considerarse opuestas a las usanzas culturales y el credo espiritual del término municipal.
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El jefe comunal instruyó a la Policía Municipal, en enlace con la Comisaría zonal, a efectuar labores de fiscalización preventiva durante los días 30 y 31 de octubre, con el objeto de asegurar la observancia de la normativa.
De igual modo, la ordenanza exhorta a las instituciones de enseñanza, culturales y de fe a organizar alternativas que fortalezcan los principios de la existencia, la convicción y la colaboración cristiana, en especial por la llegada del Día de Todos los Santos y de los Fieles Difuntos, recordados el 1 y 2 de noviembre.
Según el documento emitido, Halloween en su presentación contemporánea “introduce símbolos y hábitos relacionados con la penumbra, la defunción y la superstición”, aspectos que se consideran en contraposición a la formación ética y religiosa de los menores y la juventud, además de la identidad cristiana del distrito.
El festejo de Halloween, igualmente denominado Noche de Brujas, se origina en antiguas celebraciones celtas, específicamente en la festividad de Samhain, y con el paso del tiempo fue asumida y readaptada por la cultura anglosajona.
A lo largo de las últimas décadas, esta conmemoración ha incrementado su popularidad en naciones de América Latina, impulsada principalmente por la universalización cultural y el influjo de los medios de comunicación y las plataformas sociales.
En Paraguay, al igual que en otros países de la zona, Halloween ha sido acogido particularmente por segmentos urbanos y los jóvenes, quienes organizan celebraciones, actividades escolares y de esparcimiento en torno al 31 de octubre.
No obstante, también ha generado debate en círculos más conservadores y religiosos, que ven este festejo como algo ajeno a la idiosincrasia cultural nacional, e incluso en desacuerdo con los valores cristianos predominantes en la sociedad paraguaya.
La determinación tomada en octubre de 2025 por el ayuntamiento de Caapucú, en el departamento de Paraguarí, de prohibir formalmente cualquier tipo de festejo público o privado de Halloween, se sitúa en esta orientación de pensamiento.
No constituye el primer episodio en Paraguay donde se polemiza sobre esta celebración, pero sí uno de los pocos en los que se adopta una medida formal y precisa respaldada mediante una determinación municipal.
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