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MIAMI, Estados Unidos. — El portavoz oficialista, Pedro Jorge Velázquez, admitió en una publicación de Facebook que la fotografía que se hizo viral y las denuncias sobre los menores que pernoctaban en los jardines del hotel Muthu, en Playa, eran “ciertas”. Aseguró que, a raíz de la difusión masiva de la imagen, “se procedió a una ‘recogida'” para trasladar a los niños a “su área habitual”.
En ese mismo mensaje, el vocero del partido, quien se graduó de Periodismo en la Universidad Central “Marta Abreu” de Las Villas, apuntó que “el Gobierno de Playa está ahora informado, y existe una coordinación con el Consejo de Atención a Menores del MININT y otras entidades implicadas en el asunto”.
Según el relato de Velázquez, empleados y trabajadores por cuenta propia de la zona — “parqueadores, jardineros, personal de seguridad, vendedores y miembros del complejo” — refieren que los niños “llevan tiempo rondando esa parte de 1ra. y 70, pero en el último mes la presencia de un grupo se ha intensificado”. Asimismo, confirma que “esta situación data de hace más de un mes” y que, a pesar de las alertas reiteradas, “todo ‘continuaba igual'” hasta la propagación de la foto.
El vocero describe que los negocios particulares y los mercados que operan en divisas en el entorno “sirven de aliciente para que los niños pidan dinero a turistas o a ciudadanos que concurren a esos puntos, además de solicitar comida o incluso trabajo en ese circuito comercial”. Indica que “la mayoría de los niños no reside en esa zona”, que provienen de otros municipios y, al “ser alcanzados por la noche”, se quedan allí “durante varios días”. Agrega que “algunos” de ellos “son enviados por sus padres a estas áreas para pedir dinero y alimento”, que han sido vistos “con su uniforme escolar” y “tendiendo ropa en las escaleras para que se seque”.
Velázquez recoge testimonios de trabajadores del sector privado que, por “ofrecerles ayuda, darles comida o dinero”, habrían sido “reprendidos”, y sostiene que ahora “varios vigilantes están haciendo lo imposible para que los menores se mantengan alejados de sus comercios privados, lo cual implica una mayor exclusión y maltrato”.
Por otro lado, personal de las tiendas y mercados del complejo “confirman que los niños causan daños en las instalaciones, escupen y rayan los cristales, tiran piedras”, que presentaron denuncias “ante autoridades del Gobierno y la Policía en diversas ocasiones” y “nunca habían mostrado interés, ni había cambiado nada hasta ahora ‘que todo el mundo se puso a moverse rápidamente'”.
Como “sucesos notables”, el vocero menciona: una niña que dormía de forma habitual en los pasillos; “dos menores retenidos por el personal de seguridad de la tienda” a la espera de “la Policía [que] nunca llegó”, por lo que “ellos mismos los llevaron a la estación y al día siguiente ya habían vuelto”; un “niño que estaba desfallecido” y al que le dieron de comer “en el comedor de los trabajadores” antes de que la Policía lo recogiera; y menores que “merodean hasta las 4:00 y 5:00 a.m. por días”, siendo visibles “detrás de la parada de autobús, frente al nuevo banco, durmiendo en los pasillos o sobre el césped”.
El diputado por el municipio Playa, Carlos Miguel Pérez Reyes, citado por Velázquez este lunes, ya había advertido en Facebook que “la denuncia y la ‘recolección’ de los menores” por sí solas no solucionaban “la raíz del problema” y que las instituciones deben “proporcionar una atención integral a la situación”. “Es necesario evaluar si Menores [el Consejo de Atención a Menores del MININT] dispone de los recursos necesarios y cómo [se] coordina de manera efectiva con Trabajo y Seguridad Social, Salud Pública y las administraciones locales”.
También puntualizó que “este inconveniente no es un caso aislado” y que, “al menos en la capital, se ha expandido a múltiples zonas donde niños piden limosna a diario, incluso a altas horas de la noche, sin que los adultos responsables enfrenten consecuencias visibles”.
Según la misma publicación, la viceprimera ministra del régimen cubano, Inés María Chapman, respondió sobre las gestiones en curso: “Sí, se ha resuelto y las organizaciones competentes están trabajando en ello”, habría aseverado la funcionaria.
El reconocimiento oficial de esta problemática se produce tras la denuncia emitida el pasado 15 de octubre por activistas y medios de comunicación independientes, que documentaron con testimonios y fotografías la presencia de al menos seis niños pernoctando “desde hace semanas” en los jardines del hotel Muthu, muy cerca de 1ra. y 70, sin que las autoridades hubieran intervenido hasta entonces.
La periodista Yadira Albet escribió en su perfil de Facebook: “Esta situación es inaceptable. Comparto la publicación de Mayelín Guevara y los comentarios en el post original confirman que, efectivamente, estos niños están ahí”. La publicación desató una avalancha de reacciones, incluyendo la de Lisbety Mirabal: “Dios mío, en la foto se aprecian al menos seis niños. Eso sí que nunca lo había visto. Cada día es más doloroso todo”.
Este lunes, la publicación de Albert había sido eliminada. Sin embargo, CubaNet logró copiar algunos de los comentarios generados por la denuncia antes de que desaparecieran de Facebook. En ese espacio, la usuaria Beatriz Alonso afirmó que los menores eran “de barriadas humildes” de Marianao y agregó que algunos serían “hijos de madres encarceladas o de padres que emigraron y los dejaron con sus abuelos ‘que apenas pueden con su propia vida'”. Otro usuario, Jorge Gabriel Alfonso Font, sentenció: “Terrible la Cuba que nos están dejando”.
Por su parte, este lunes Velázquez recalcó que “este no es el único sitio de La Habana donde hay niños pidiendo dinero o en situación de calle” y solicitó a “la prensa pública cubana (…) que se ocupe de investigar esta realidad”. El vocero oficialista llegó a admitir la seriedad del problema: “Claramente subsisten muchas interrogantes y un gran desafío por abordar; este es un primer acercamiento investigativo para comprender una parte del fenómeno suscitado tras la foto viral”.
La UNICEF estima que el 9% de los niños cubanos padece pobreza alimentaria, mientras que el Observatorio Cubano de Derechos Humanos (OCDH) calcula que la pobreza extrema afecta al 89% de la población de la Isla. Organizaciones independientes denuncian que cientos de menores mendigan o residen en la vía pública, solos o junto a sus padres, expuestos a abusos y sin una protección real.
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