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CIUDAD DE MÉXICO (apro).- El deceso de un seguidor fuera del Estadio Olímpico Universitario, acontecido el 25 de octubre, evidenció el mal momento que atraviesa la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Este viernes, integrantes de la Dirección General de Análisis, Protección y Seguridad Universitaria se manifestaron en contra de sus propios superiores, señalándolos de encubrir atropellos, amedrentamientos y fallas administrativas.
La protesta se inició frente a la Torre de Rectoría y resultó en el bloqueo de los carriles centrales de la avenida Insurgentes. Los inconformes portaban pancartas con leyendas como “Vigilancia cuida, no lesiona” y “Nosotros no somos asesinos”.
Durante el recorrido, los obreros exigieron la remoción de cuatro directivos –Raúl Arcenio, Gerardo Lobo, Guillermo Campos y José Felipe Romero–, a quienes responsabilizan del manejo inadecuado del personal de seguridad y las omisiones que llevaron al arresto de cuatro de sus colegas que estaban siendo investigados por el homicidio de Rodrigo Mondragón.
Este suceso expone una fisura entre la base laboral y la cúpula que administra la seguridad universitaria, la cual se agrava por la reciente oleada de inseguridad dentro de los planteles de preparatoria y universitarios, donde una serie de falsas alarmas de bomba generaron 18 denuncias presentadas por la UNAM ante la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México (FGJCDMX).
A esto se suma el caso de Lex Ashton “N”, un joven estudiante de 19 años que, en el Colegio de Ciencias y Humanidades (CCH) plantel Sur, hirió mortalmente con un arma blanca a su compañero Jesús Israel Hernández e lesionó a un empleado del mismo plantel, la tarde del lunes.
Tras el fallecimiento de Rodrigo Mondragón, aparecieron avisos en casetas y accesos de Ciudad Universitaria con mensajes como: “Vigilancia UNAM se desvincula de los hechos violentos planeados por la dirección”, “Fuera Gerardo Lobo y su cúpula” y “Vigilancia no apoya a los agresores”.
En plataformas digitales, algunos usuarios reportaron que ciertos guardias dejaron de portar su uniforme por temor a represalias, luego de la divulgación del video donde un grupo de elementos de seguridad universitaria y protección civil golpeaban a Mondragón.
A juicio de los manifestantes, la respuesta de la universidad ha sido lenta y defensiva. Consideran que el comunicado emitido por Protección Civil de la UNAM –el cual culpaba al aficionado por agredir al personal– fue un intento de evadir culpas antes de que la investigación de la Fiscalía capitalina llegara a su fin.
El pasado 27 de octubre, la fiscal de la ciudad, Bertha Alcalde, confirmó la detención de los cuatro universitarios por efectivos de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC), quienes son procesados por el deceso. Además, información de prensa indicó que la autopsia realizada por el Instituto de Servicios Periciales y Ciencias Forenses (INCIFO) estableció que Mondragón pereció por asfixia debido a estrangulamiento.
Con la protesta de este viernes 31 de octubre, el personal de seguridad universitario descontento afirma que los altos mandos no han sido examinados a pesar de su rol en la jerarquía operativa.
La manifestación no solo cuestiona el trato dado a cuatro detenidos, sino que también interpela a una institución que, bajo el pretexto de autonomía, ha eludido rendir cuentas sobre su propio esquema de seguridad.
Hasta el momento de esta nota, la UNAM no ha manifestado su postura respecto a los reclamos de su personal ni a la acusación interna que expone el deterioro de su cuerpo de vigilancia.
