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Los orígenes de la sarcopenia son variados, pues además del factor edad, son determinantes otros aspectos como la predisposición genética y diversas afecciones, ya sean trastornos reumáticos debido a la inflamación, dolencias endocrinas o el propio cáncer, entre otras.
Es habitual en personas de edad avanzada el adelgazamiento y el deterioro en la cantidad y calidad de la masa, la potencia y la funcionalidad muscular: la sarcopenia. Esta patología reumática, ligada al avance en años, requiere un diagnóstico y tratamiento precisos para mitigar su impacto pernicioso en la salud y el bienestar.
La Sociedad Española de Reumatología (SER) insiste en la necesidad de dar a conocer la sarcopenia, una enfermedad que progresa y menoscaba la movilidad de las personas mayores.
“Es fundamental intensificar la sensibilización sobre esta dolencia, dada su falta de notoriedad, para posibilitar una detección más rápida y una asistencia apropiada a quienes la padecen”, asevera la doctora Raquel Almodóvar, especialista en reumatología del Hospital Universitario Fundación Alcorcón de Madrid.
Los factores causantes de la sarcopenia son múltiples; además del proceso de envejecimiento, pueden influir la carga genética y otras patologías como son las enfermedades reumáticas —a través de la inflamación—, las endocrinas o el cáncer, por citar algunas.
Pero también inciden las anomalías en la alimentación, los desequilibrios hormonales, la falta de actividad física, y ciertas terapias, como la administración de corticoides, según explica la reumatóloga.
“Los indicios más comunes son la debilidad general, la disminución de peso sin una causa clara, el declive de la masa muscular o las caídas recurrentes”, especifica la experta.
De cara al futuro, alerta que “la sarcopenia puede conducir a fracturas óseas, limitaciones físicas, ingresos hospitalarios, una recuperación más lenta tras episodios agudos de enfermedad, una merma en la calidad de vida y una mayor mortalidad”.
El diagnóstico se establece mediante pruebas que cuantifican la fuerza muscular y la capacidad física, complementadas con estudios de imagen (ecografía, TAC, resonancia, densitometría ósea, etc.) con el objetivo de determinar y medir la masa de los músculos.
La estrategia terapéutica para la sarcopenia se cimienta esencialmente en la práctica de ejercicio adaptado, implementando un programa de entrenamiento que combine resistencia y fuerza para optimizar la masa muscular y el desempeño físico.
Asimismo, es crucial mantener una dieta saludable, con un suministro adecuado de proteínas y de vitamina D. “En ciertos casos, hay que valorar la necesidad de suplementos”, concluye la doctora Almodóvar.
La SER enmarca la campaña de sensibilización sobre la sarcopenia dentro de las acciones de “Ponle nombre al reuma”, en el contexto de “Octubre, mes dedicado a las enfermedades reumáticas”.















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