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Psicóloga de INTEC alerta sobre los efectos anímicos de las lluvias e inundaciones en Santo Domingo

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En 2022 me vi a mí misma flotando con el nivel del agua a la mitad de los cristales del automóvil en la Núñez de Cáceres con Gustavo Mejía Ricart.

Este contenido fue hecho con la asistencia de una inteligencia artificial y contó con la revisión del editor/periodista.

Santo Domingo. – Los aguaceros copiosos y las consecuentes anegaciones que han castigado al país en los últimos años no únicamente provocan destrozos materiales y la pérdida de vidas humanas, sino que también generan una repercusión silenciosa en el bienestar psicológico de la población.

Así lo patentiza el estudio titulado “Impacto de las lluvias e inundaciones en la salud mental”, presentado por la psicóloga clínica y de la salud Skralin Santana, graduada del Instituto Tecnológico de Santo Domingo (INTEC).

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La investigación, de carácter mixto y fundamentada en sondeos y entrevistas a residentes del Distrito Nacional con edades entre los 25 y 60 años, revela que más del 70% de los encuestados evidencian alteraciones emocionales o comportamientos de evitación ante los pronósticos de lluvia, y que más de la mitad reporta sentir síntomas de ansiedad o estrés postraumático vinculados a las catastróficas inundaciones que tuvieron lugar en noviembre de 2022 y 2023.

“El agua me llegó hasta el pecho mientras estaba en el coche. La casa de mis padres resultó inundada y un tendido eléctrico se soltó. En 2022 me vi a mí misma flotando con el nivel del agua a la mitad de los cristales del automóvil en la Núñez de Cáceres con Gustavo Mejía Ricart. Afortunadamente, recibí auxilio y salí ilesa”, es el testimonio que se recoge en la investigación, presentada en el Foro de Expertos “Cambio Climático y Desplazamiento Forzado” organizado por el Centro de Estudios de Género del INTEC.

Esta clase de vivencias, explica Santana, “dejan impresiones psicológicas que pueden persistir, incluso en aquellas personas que no residen en áreas de riesgo o que no padecieron daños directos”.

Los foros citados son parte integral del proyecto “Cambio Climático y Desplazamiento Forzado: su impacto en la vida de mujeres y niñas”, con el patrocinio del Centro Internacional de Investigaciones para el Desarrollo (IDRC/CRDI), buscando impulsar la reflexión, el diálogo y la formulación de propuestas en torno a una de las cuestiones más apremiantes de nuestro tiempo.

El estudio logra identificar la pluviofobia (miedo intenso a los aguaceros) y la antlofobia (pánico a las inundaciones) como manifestaciones comunes entre los afectados. Éstas se manifiestan a través de pensamientos recurrentes, elusión de actividades diarias y una preocupación desmesurada ante los avisos meteorológicos.

En cuanto a la sintomatología manifestada, el 58% de los entrevistados declaró experimentar ansiedad y Trastorno de Estrés Postraumático a causa de las inundaciones. Esto ocurre a pesar de que la inmensa mayoría no tuvo una experiencia vivencial traumática ni vive en zonas vulnerables; aun así, presentan reacciones de evitación o desarrollan pensamientos intrusivos de preocupación tras los eventos acaecidos en los meses de noviembre de 2022 y 2023.

Para Santana, estos hallazgos confirman la necesidad imperiosa de incorporar el factor de la salud mental dentro de las políticas públicas de gestión de riesgos. “La capacidad de recuperación social ante los fenómenos climáticos no se basa únicamente en la infraestructura o en los protocolos de emergencia, sino también en el estado emocional de las personas para enfrentarlos”, aseveró.

Entre las sugerencias prácticas, la psicóloga aconseja potenciar las estrategias de instrucción emocional, la terapia cognitivo-conductual y los mecanismos psicosociales de intervención temprana. Asimismo, propone la integración de profesionales de la salud mental en los equipos de respuesta ante las emergencias, además de crear programas de concienciación comunitaria que asistan en la detección de los síntomas y en la disminución del estigma relacionado con los trastornos de ansiedad.

“Debemos comprender que los chubascos no solo anegan vías, sino que también tienen el potencial de saturar mentes. Atender el bienestar psicológico es un punto clave para forjar comunidades verdaderamente sólidas”, enfatizó Santana.

La investigación en cuestión constituye uno de los primeros acercamientos metódicos al impacto psicológico de los eventos climáticos en la República Dominicana, y aspira a servir como base para futuras indagaciones y para la formulación de políticas públicas orientadas al bienestar afectivo ante la amenaza del cambio climático.

Santana adelantó que volverá a exponer los resultados del estudio este lunes 27 de octubre a las 6:00 PM, en el marco de la Semana de la Salud Mental, evento organizado por los centros Lau y Wellnexus en el Colegio Jaime Molina Mota, ubicado en el sector San Gerónimo del Distrito Nacional.

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