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Sabana Grande de Boyá: ¿Eran víctimas o, por el contrario, cómplices de “Mantequilla”?

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El pueblo que perdió sus ahorros en un esquema piramidal retoma su **fe** en el controvertido "gurú" financiero, desafiando la lógica más elemental y las advertencias.

Este contenido fue hecho con la asistencia de una inteligencia artificial y contó con la revisión del editor/periodista.

El pueblo que perdió sus ahorros en un esquema piramidal retoma su **fe** en el controvertido “gurú” financiero, desafiando la lógica más elemental y las advertencias.

**Sabana Grande de Boyá:** ¿Qué motiva este comportamiento? ¿Es temor, pudor, connivencia o el deseo de ocultar un sistema de inversión fallido donde miles han visto esfumarse sus ahorros y, sin embargo, siguen apostando por la figura de un “Mantequilla” ya condenado?

¿Extraño? Sí, pero absolutamente real.

Decenas de personas se reconocen como perjudicadas, pero optan por el anonimato y eluden confrontar a quien, según sus propias palabras, les ha estafado, y que, por su parte, se presenta solo como un individuo con una fórmula, sin vínculos con mafias, lavado de dinero o narcotráfico. A pesar de esto, muchos recelan hasta de mencionar su nombre.

“Primero Dios y luego Mantequilla”: así se expresaban los clientes de 3.14 Inversiones en los albores del negocio, que se presentó como la bendición económica para los habitantes de Sabana Grande de Boyá. El final fue de denuncias, arresto y una sentencia de prisión suspendida por dos años, dictada al considerar la justicia que actuó aprovechando un abuso de confianza.

Hoy, Mantequilla ha relanzado su actividad de inversiones bajo el nombre de “Dinero 3.0”, dejando atrás los recibos y las caravanas por una discreción total, según confirma un testigo como Carlos Martínez.

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Giovanni Contreras, popularmente conocido como “Puchi”, un conocido barbero del municipio, invirtió años de trabajo y ahora ve cómo se desvanece su ilusión, según relató al diario El Día.

Aunque aún no ha recuperado el capital inicial de 500 mil pesos invertido en 2022, Contreras mantiene viva la esperanza de restituir su dinero, confiando en la promesa de pago de Wilkin García, el artífice de la operación.

“Tenemos confianza y fe en que algo lograremos solucionar”, manifestó Contreras, quien, como muchos otros vecinos, se embarcó en el negocio con la expectativa de obtener rentabilidades rápidas.

Puchi detalló que la suma total aportada fue de 1.8 millones de pesos, impulsado por la confianza que le inspira “Mantequilla”, a quien conoce desde la niñez.

A pesar de los obstáculos y la incertidumbre, Contreras conserva el optimismo y espera que García cumpla su compromiso de pagar.

“No podemos atentar contra la vida de nadie por ninguna suma de dinero”, reflexiona, subrayando la importancia de conservar la esperanza y la calma en medio de la difícil coyuntura.

Según el psicólogo clínico Dioscoride Paulino, experto en conducta humana, el sesgo de optimismo es un fenómeno que afecta a todas las personas. No implica necesariamente un trastorno, pero se manifiesta cuando el individuo tiene dificultades para percibir la realidad objetivamente.

Paulino explicó que en entornos de precariedad económica y gran desigualdad social, este sesgo se intensifica, particularmente cuando se ofrecen soluciones rápidas y tentadoras.

En tales circunstancias, el cerebro tiende a ignorar la realidad, atraído por la posibilidad de un cambio positivo y veloz, señala el experto.

Detalló que esta vulnerabilidad es explotada mediante tácticas de *marketing*, citando como ejemplo las ofertas que utilizan la palabra “gratis”, que incitan a adquirir productos innecesarios, motivados por la sensación de una ganancia significativa. Hizo un paralelismo con la actitud de la gente de Sabana Grande de Boyá tras el fraude.

Durante la visita de El Día a este municipio, cuya economía se basa en la agricultura, la ganadería y la artesanía, se recogieron diversas opiniones, varias de las cuales confirmaban la reapertura del negocio y su participación en él.

“Los culpables somos nosotros por volver a creerle, la responsabilidad ya no es de él”, comenta Juan Carlos, quien inicialmente invirtió 200 mil pesos y en esta segunda ocasión entregó 80.000 pesos adicionales, en efectivo y sin documentación.

Otro testimonio es el de Lorenzo Vasquez, quien afirma haber aportado 20 y luego 50 mil pesos en la instancia inicial. Sin embargo, un lugareño desmintió esta versión, alegando que Vásquez daba este relato por miedo a que una versión distinta pudiera ser un motivo para que “Mantequilla” le niegue el reembolso de su inversión.

“Él tiene un talento para persuadir”, aseguró Juan Mejía. “Cuando salen videos o noticias, me llama y me insiste en que no preste atención a lo que dicen, que él va a cumplir”.

El señor Arredondo, un vecino preocupado por su comunidad, relató a las cámaras que la presión psicológica y las deudas llevaron a algunos a quitarse la vida, otros perdieron sus viviendas y se vieron forzados a emigrar.

Un caso conmovedor fue el de un anciano de origen haitiano que dice haber invertido 80 mil pesos sin haber recibido aún ningún rendimiento. Pese a ello, sostiene que “Mantequilla” es un buen hombre y que si no ha pagado es por culpa de aquellos que lo han hostigado y no le han permitido trabajar adecuadamente.

Además del sesgo de optimismo, existen otras variables que influyen en las decisiones financieras, como el efecto arrastre o “*bandwagon effect*”.

Este sesgo se manifiesta cuando las personas invierten simplemente porque observan que muchos otros lo hacen, asumiendo que la popularidad equivale a éxito, explica el psicólogo Dioscoride. Otro posible sesgo presente es el del jugador.

Al igual que los apostadores que persisten a pesar de las pérdidas, los inversores afectados pueden sentirse impulsados a invertir de nuevo, convencidos de que en esta ocasión sí triunfarán. Esta decisión se fundamenta en la dificultad de aceptar el error inicial y la esperanza de revertir el panorama, concluyó Paulino.

Mantequilla, el personaje que genera polémica en Sabana Grande de Boyá, ha adoptado un perfil más bajo para mantener su actividad financiera.

Vecinos de la zona indican que ha dejado de usar locales comerciales, de emitir facturas, y de requerir firmas o sellos, a diferencia de su modelo previo.

Ahora, todo se gestiona con una mayor discreción: el dinero se recibe en mano y directamente, evitando la exposición. La comunicación también ha cambiado.

“Él responde si le escribes, aunque a veces desaparece y solo publica en su estado de WhatsApp que está ocupado y que luego contestará”, dice Melvin, un ciudadano que asegura haber invertido dos veces en lo que describe como “un espejismo de negocio que termina nublándose en el camino”.

La dinámica se basa en llamadas, escasas explicaciones y promesas que, según algunos, siguen atrayendo a la gente, pese al historial de conflictos y las pérdidas del sistema anterior.

Wilkin García, popularmente conocido como “Mantequilla”, se hizo famoso en 2022. Sin ser un banco, un *broker* certificado o una entidad de ahorro, se autoproclamó como la salvación económica para Sabana Grande de Boyá.

Este joven de origen humilde, cuyo seudónimo deriva del oficio de panadero de su padre, fue sentenciado en 2024 a dos años de prisión con suspensión condicional. La justicia dictaminó que debía devolver el dinero invertido a quienes lo acusaron de estafa piramidal, además de pagar una compensación de 100 mil pesos a cada uno y cumplir con un régimen de presentación periódica.

García es un hombre casado, padre de dos hijos, cuyo hermano, en medio de la crisis generada por el fraude en Sabana Grande de Boyá, llegó a expresar aspiraciones presidenciales.

Tras varios intentos de obtener una declaración oficial de “Mantequilla” y su equipo, su representante legal señaló que no harían declaraciones públicas hasta que se “aclarasen los rumores”.

Al preguntarle a qué rumores se refería, mencionó los que indicaban que su cliente había reanudado sus actividades de inversión. Ante la propuesta de una entrevista para discutir el asunto, el abogado se mostró dispuesto, indicando que trasladaría la inquietud: “Yo se lo voy a plantear y a ver qué me dice”. Sin embargo, con el tiempo, dejó de responder.

Otro proyecto empresarial en el que incursionó Wilkin García es la numerología, buscando adivinar los números ganadores de la lotería. Aunque este intento tampoco ha rendido grandes frutos, ha encontrado personas que le han creído y han perdido su dinero repetidamente.

“No sé qué tendrá que me convence…”, confiesa un afectado, quien relata que García le pidió confiar en él y que lo ayudaría. Le envió entonces unos números para jugar en la lotería.

“Perdí 100 mil pesos más y ahora no responde, aunque siempre solía hacerlo”, manifestó este trabajador, al admitir que era la tercera vez que depositaba su confianza en él y le solicitaba su dinero.

Pese a la dura realidad, Sabana Grande de Boyá se apoya en su tradición laboral y en su potencial agropecuario, siendo la producción de leche, piña, yautía, jengibre y coco sus pilares principales.

Cirilo Arredondo destacó los aspectos positivos de la comunidad y el esfuerzo por fomentar la paz y la esperanza, promoviendo la inauguración, el 25 de noviembre, de la exposición itinerante “La Paz es mi bandera”, con mensajes a favor de una cultura pacífica.

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