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EE. UU. aumenta la presión y amenaza con acciones “por tierra” contra el narcotráfico.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, confirmó este miércoles la autorización de operaciones secretas de la CIA en Venezuela, intensificando la ya tensa escalada entre Washington y Caracas.
La medida, que se produce en un contexto de crecientes intervenciones militares estadounidenses en el Caribe, fue justificada por Trump bajo el doble argumento de lucha contra el narcotráfico y la seguridad fronteriza.
Al ser consultado acerca de informes que aparecían en medios como The New York Times, el residente de la Casa Blanca fue categórico: “Lo autoricé” por “dos motivos”. El primero, la supuesta entrada de “miles” de personas, muchas de ellas criminales, por la frontera, y el segundo, la gran cantidad de droga que estaría ingresando al territorio estadounidense desde Venezuela.
El enfoque de la Administración Trump se ha centrado en el cerco marítimo, una estrategia que, según el mandatario, ya está dando frutos.
“Mucha de la droga venezolana entra por mar. Pero también la vamos a frenar por tierra. Creo que Venezuela está sintiendo la presión… Les puedo asegurar que nos hemos encargado del mar. No hay nadie. Estamos vigilando”, declaró Trump.
De la vigilancia marítima a la amenaza terrestre
El presidente estadounidense se mostró particularmente satisfecho con los bombardeos y las operaciones navales frente a las costas venezolanas, asegurando que en los últimos días no se había detectado ninguna embarcación cruzando la zona. El tono bélico no disminuyó al restar importancia a las críticas por la letalidad de los ataques contra tripulantes de supuestas narcolanchas.
Según su lógica, cada vez que destruyen un barco de drogas salvan “la vida de 25,000 estadounidenses”, un número que busca legitimar una política de choque en la región.
Sin embargo, el foco está cambiando. Tras afirmar tener el control marítimo, Trump insinuó la próxima fase de la ofensiva. “Estamos analizando la opción de tomar acciones ‘por tierra’ porque tenemos el mar bajo control”, aseguró, delineando la línea de un conflicto de baja intensidad que podría escalar en cualquier momento.
Esta ofensiva genera inquietud en Caracas. El presidente venezolano, Nicolás Maduro, ya había firmado recientemente un decreto que declara el estado de conmoción externa, una situación de emergencia que le permitiría actuar con excepciones ante la posibilidad de una “agresión externa”.
Las declaraciones de Trump y otros altos cargos de su Gobierno confirman el temor del gobierno venezolano a que Washington pase de la presión económica y diplomática a la acción encubierta o, incluso, militar directa. La autorización de la CIA solo confirma que la escalada no pretende detenerse.
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