Trump, progresivamente distanciado de Petro, se aproxima a presidente amigo del mandatario colombiano

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(Vea también: EE. UU. cumplió advertencias y confirmó represalia económica “debido a las políticas ineficaces de Petro”). Aparte de la cita con Trump, Lula mantendrá reuniones con el jefe de gobierno de Malasia con la meta de robustecer los pactos en áreas cruciales como ciencia, tecnología, innovación y el intercambio comercial entre ambas naciones. Asímismo, se prevé que se discutan asuntos como la Asociación Económica Integral Regional (RCEP) y la potencial adhesión de nuevos miembros a este convenio mercantil. Sus lazos diplomáticos han pasado por altibajos importantes en los últimos tiempos y están caracterizados tanto por la colaboración económica como por roces en lo comercial y político. Aunque comparten objetivos estratégicos en comercio, seguridad y colaboración zonal, las discrepancias en temas de tarifas, normativas medioambientales y acciones judiciales generan fricciones con cierta regularidad. Hoy por hoy, uno de los principales puntos de conflicto es el intercambio bilateral. Estados Unidos implementó impuestos aduaneros del 50% sobre determinados artículos brasileños, lo cual ha mermado la exportación de materias primas y manufacturas provenientes de Brasil. Esta disputa económica motiva a Brasil a buscar vías de diálogo directo con Washington, mientras que simultáneamente explora la ampliación de sus mercados hacia el continente asiático y Latinoamérica. En contraste, los temas de cooperación regional continúan siendo un entendimiento mutuo. Ambos países han unido esfuerzos en programas relacionados con la lucha contra el tráfico de drogas, la seguridad en el hemisferio y proyectos de índole tecnológica. El jefe de Estado indicó que la estrategia antinarcóticos de Estados Unidos, particularmente durante la administración de Donald Trump, ha generado tensiones internacionales y podría acarrear como resultado “una posible incursión militar en la República de Venezuela”.