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Washington. El presidente estadounidense, Donald Trump, fue el protagonista este lunes 20 de octubre de un instante diplomático de gran tensión al manifestar sin tapujos su desaprobación hacia el embajador de Australia en Washington, Kevin Rudd, durante un encuentro con el primer ministro Anthony Albanese en la Casa Blanca.
Al comienzo de un almuerzo de trabajo entre los dos gobiernos, una periodista le preguntó a Trump sobre las declaraciones críticas que Rudd había formulado previamente. “No sé nada de él”, contestó el jefe de Estado, y agregó: “Si dijo alguna inconveniencia, entonces quizás debería pensar en disculparse”.
El primer ministro australiano se mantuvo en silencio hasta que Trump insistió: “¿Dónde está? ¿Sigue trabajando para usted?”. Albanese, con una palpable incomodidad, señaló a Rudd, que se ubicaba al otro lado de la mesa.
“Eso ocurrió antes de que yo asumiera esta posición, señor presidente”, intentó justificar el embajador. Trump lo cortó de inmediato: “Usted tampoco me es simpático. No me agrada. Y es probable que nunca lo haga”. La situación generó risas forzadas entre los funcionarios presentes.
Después de abandonar el cargo, Rudd había tildado a Trump como “el presidente más perjudicial de la historia” y “un traidor a Occidente”, acusándolo de “arrastrar a Estados Unidos y a la democracia a la miseria”.
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