Salud

Vitamina T, un nutriente esencial que necesitan vuestros descendientes

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La vitamina designada con la letra T no es de naturaleza orgánica sino psicológica y constituye un nutriente esencial para la autoestima, el desarrollo emocional y el bienestar de los niños.

Este contenido fue hecho con la asistencia de una inteligencia artificial y contó con la revisión del editor/periodista.

La vitamina designada con la letra T no es de naturaleza orgánica sino psicológica y constituye un nutriente esencial para la autoestima, el desarrollo emocional y el bienestar de los niños.

En una época en la que el tiempo es uno de los recursos más limitados, la ‘vitamina T’, que se refiere a los momentos de calidad compartidos en familia, adquiere un valor especial, según los especialistas en educación.

“Los hijos que presentan comportamientos más desafiantes suelen ser aquellos que requieren una mayor atención emocional por parte de sus padres”, afirma María Castells, psicóloga especializada en educación infantil y primaria.

La psicóloga Castells reconoce que “administrar la ‘vitamina T’ no siempre resulta sencillo, pero es fundamental hacerlo”, por lo que alienta a los padres a “reservar, aunque sean unos pocos minutos diarios, para estar verdaderamente presentes con sus hijos”.

De manera análoga a cómo las vitaminas designadas con las primeras letras del abecedario, presentes en los alimentos que consumimos, son vitales para nutrir el cuerpo y asegurar que se mantenga sano y funcional, otras ‘vitaminas’ inmateriales se encargan de nutrir nuestro bienestar y salud psicológica, siendo necesarias a lo largo de toda la vida, pero especialmente durante la infancia.

Uno de estos “nutrientes mentales y emocionales”, crucial para el crecimiento y desarrollo psicológico infantil, es el “tiempo de calidad que los padres dedican a sus hijos”, según los expertos del colegio Highlands School Barcelona (HSB), en España, quienes han denominado informalmente a estos momentos compartidos en familia como ‘Vitamina T’.

La ‘Vitamina T’ implica dedicar instantes de conexión, apartados de la rutina y exentos de juicios o correcciones constantes por parte de los padres”, explica en una entrevista con EFE María Castells, psicóloga de educación infantil y primaria del HSB (www.highlandsbarcelona.es).

Cualquier periodo que facilite disfrutar del vínculo entre padres e hijos, sin tensiones, es beneficioso, y cuando estos momentos compartidos se repiten y se vuelven habituales, tienen un impacto significativo en el desarrollo emocional de los niños, según detalla Castells.

Subraya que “los niños que más nos ponen a prueba, aquellos con actitudes más desafiantes, suelen ser los que más atención emocional precisan de sus padres”.

Estos niños “a menudo expresan con su conducta lo que no saben solicitar con palabras, y la respuesta a sus necesidades es tan sencilla como poderosa: dedicarles un tiempo exclusivo donde puedan sentirse vistos, escuchados y valorados”, aclara Castells.

“Los llamados ‘niños difíciles’ tienden a recibir más regaños, advertencias y consejos que otros niños, pero es crucial recordar que ellos también necesitan una dosis de tiempo de calidad con sus padres para que tengan la oportunidad de disfrutar juntos sin enojos ni reprimendas”, añade.

Mejor clima familiar y menos conflictos con los hijos.

Según esta especialista, estos momentos positivos compartidos “no solo consolidan el apego seguro, sino que además contribuyen a reducir las tensiones familiares y a generar un ambiente más armonioso en el hogar”.

Castells reconoce que “gestionar la ‘vitamina T’ no siempre es fácil para los padres, ya que el ritmo de vida acelerado, las múltiples responsabilidades diarias y el agotamiento emocional a menudo provocan que estos momentos se posterguen”.

“El tiempo que suelen compartir actualmente los padres con sus hijos a menudo es rápido y unidireccional”, de acuerdo con esta psicóloga educativa.

“Es un tiempo ‘rápido’ porque todo transcurre a un ritmo frenético, sin generar un efecto significativo en el niño. Son momentos que aparecen y se desvanecen con celeridad”, explica.

Además, se trata de un tiempo ‘unidireccional’ porque “son los padres quienes organizan los momentos dedicados a sus hijos, pensando más en sus propias necesidades que en las de los pequeños, probablemente porque desconocen qué desean hacer sus hijos o cuáles son sus intereses”, puntualiza.

Castells anima a los padres “a destinar, aunque sean pocos minutos al día, para estar presentes de forma genuina con sus hijos”.

Compartir, dialogar, escuchar, celebrar, disfrutar.

Para fortalecer la ‘vitamina T’ infantil, recomienda “compartir paseos o juegos al aire libre o en el parque que estimulen la conversación y la conexión” y “crear momentos diarios de afecto, como por ejemplo preparando una merienda especial, ayudando a sus hijos a buscar información para un proyecto escolar o haciendo preguntas para preparar un examen”.

“Converse sin pantallas a la vista durante las comidas, promoviendo la escucha y el diálogo; lleve a cabo actividades que fomenten la cooperación y el disfrute compartido, como cocinar o jugar juntos; y celebre los pequeños logros cotidianos de los hijos, reforzando su autoestima y su sentido de pertenencia familiar”, son otras acciones parentales que potencian la ‘vitamina T’, añade.

Castells aconseja a los padres que participen en juegos ideados por los propios niños, ya que la imaginación infantil es muy superior a la adulta, por lo que “debemos permitirnos ser sorprendidos por nuestros hijos”.

Por otro lado, “antes de iniciar una conversación, debemos escuchar a nuestros hijos, ya que sus preocupaciones pueden ser variadas: un amigo que les incomoda, un tema que no comprenden, celos hacia un hermano o una sensación de soledad en el recreo”, agrega.

“Debemos actuar como ‘oídos’ para aprovechar el tiempo escuchando lo que nuestro hijo necesita expresar”, enfatiza.

“Y si nuestro hijo no tiene nada que contarnos, aprovechemos para relatarle nosotros sobre nuestro día a día”, subraya.

Para manifestar o demostrar nuestro afecto durante los momentos compartidos, Castells sugiere a los padres que se muestren tal y como son, siendo transparentes respecto a su estado de ánimo (adaptándose a la edad del menor), mirándoles a los ojos y, por supuesto, ofreciéndoles un abrazo de más de 10 segundos.

Destaca que “cualquier desafío o logro que haya implicado esfuerzo y dedicación a nuestro hijo (desde vestirse solo, ponerse el zapato, dormir sin compañía toda la noche o conseguir una buena calificación en una exposición) merece ser celebrado en familia”.

Al momento de preparar algún plato o cocinar con nuestros hijos, “es de suma importancia educarlos en hábitos saludables, ofreciéndoles una alimentación rica en frutas, verduras y frutos secos, con lo cual les estamos transmitiendo el mensaje de que deseamos cuidarlos para que ellos mismos se cuiden el día de mañana”, remarca.

Cuatro sugerencias para fortalecer la ‘vitamina T’.

A continuación, María Castells describe “las 4 claves esenciales para potenciar la ‘vitamina T’ de nuestros hijos diariamente”:

1.- Incluir las actividades compartidas en la planificación diaria.

“Recoger a nuestro hijo a la salida de una actividad extraescolar o asistir a una obra de teatro en la que participa, son citas importantes que deben tener prioridad en la agenda”, señala.

2.- Personalizar los momentos.

Castells aconseja “buscar un momento pensado específicamente para nuestro hijo y para que se sienta cómodo con nuestra presencia. Para un niño puede ser la preparación del desayuno que lleva al colegio, mientras que para otro puede consistir en elaborar juntos una manualidad”.

3.- Optar por actividades sencillas y realizadas en casa.

“No es necesario irse de viaje o salir a cenar fuera; existen muchísimos momentos en la vida de nuestros hijos que pueden convertirse en vitamina T”, recalca.

4.- Compartir tiempo de calidad como un hábito.

“Es fundamental aficionarse, empezar a disfrutar y encontrar el placer en los momentos compartidos en familia, para vivirlos de manera habitual, creando una rutina, y dedicándoles el mayor tiempo posible”, concluye Castells.

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