El exmandatario brasileño Jair Bolsonaro, quien este sábado fue puesto bajo detención preventiva, intentó deshacerse del grillete electrónico que vigilaba sus desplazamientos para evadirse durante una concentración convocada frente a su domicilio por uno de sus descendientes, según informó la Corte Suprema.
El líder de la ultraderecha, sentenciado a 27 años de prisión por intento de golpe de Estado y que ya se hallaba bajo arresto domiciliario desde agosto, fue apresado y trasladado a dependencias policiales para “salvaguardar la tranquilidad pública”, tal como fundamentó el Supremo en su resolución.
Conforme al auto de arresto, las autoridades detectaron una “ruptura del dispositivo de seguimiento electrónico” que portaba el exjefe de Estado a las 00:08 hora local (03:08 GMT) de este sábado.
“La información corrobora la intención del sentenciado de forzar la tobillera electrónica para asegurar el éxito de su huida, la cual se vio favorecida por el desorden generado por la reunión convocada por su hijo”, se lee en la disposición del juez Alexandre de Moraes, ponente del caso.
El magistrado recuerda que otros allegados del antiguo presidente (2019-2022) sancionados o procesados por actos golpistas han abandonado el país recientemente, incluyendo su vástago, el diputado Eduardo Bolsonaro, y el anterior jefe de los servicios de Inteligencia, Alexandre Ramagem.
Este último abandonó Brasil de forma irregular a través del estado de Roraima, lindero con Venezuela, y se dirigió a Estados Unidos.
La orden de reclusión preventiva surge a raíz de una solicitud de la Policía Federal tras otro de los hijos del expresidente, el senador Flávio Bolsonaro, haber llamado a una “vigilia” frente al hogar de su progenitor, quien atraviesa varias complicaciones de salud.
Para De Moraes, dicha protesta tenía como objeto obstruir la supervisión del arresto domiciliario que pesaba sobre Bolsonaro desde el 4 de agosto pasado por incumplir una serie de medidas cautelares dentro del proceso por conspiración golpista.
A su parecer, la “supuesta vigilia” ponía “en peligro el orden público y la aplicación de la ley penal”.
“El alboroto provocado por la congregación no autorizada de simpatizantes del acusado sentenciado tiene una alta probabilidad de comprometer la reclusión domiciliaria impuesta y la validez de las medidas preventivas, facilitando un posible intento de evasión del imputado”, añadió.
El pasado 11 de septiembre, Bolsonaro fue condenado a 27 años de cárcel por el Supremo por “encabezar” una maniobra sediciosa para “mantenerse en el poder”, luego de su derrota electoral en 2022 ante el actual mandatario, el progresista Luiz Inácio Lula da Silva.
Sin embargo, la detención preventiva de este sábado no implica el inicio del cumplimiento de la condena, algo que se anticipaba para las próximas semanas, tras el rechazo por parte del Supremo de los primeros recursos de apelación contra el fallo.
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