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Borgoña Rojo: la sugerencia de Pilar Ricart para la cena de Acción de Gracias

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Pilar Ricart anima a mezclar distintas vajillas y a combinar servilletas e individuales, aun si son de diferentes colecciones o épocas.

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Una clave de esta estación es el juego de contrastes. Pilar Ricart anima a mezclar distintas vajillas y a combinar servilletas e individuales, aun si son de diferentes colecciones o épocas.

Este año, la mesa de Acción de Gracias se transforma. Los clásicos tonos anaranjados, dorados y cafés dejan paso a una opción más osada y refinada: el rojo borgoña. Este color profundo, inspirado en el vino de Burdeos, se impone como la gran tendencia del Otoño-Invierno 2025, y nos guía hacia la propuesta de la experta en conceptualización y diseño de eventos Pilar Ricart, quien promueve una vivencia sensorial donde el color, la textura y la iluminación conversan en perfecta sintonía.

Ricart indica que, aunque cada año surgen nuevas modas decorativas, “los detalles de lujo siempre perduran”. En su visión, las vajillas finas, la cubertería dorada y las velas hechas a mano crean un ambiente cálido, confortable y con gran significado, idóneo para celebrar en familia.

El montaje que sugiere Pilar es una invitación a gozar con los sentidos. Las flores naturales dispuestas en grandes arreglos se vuelven el centro de atención, conjugando tonos borgoña, vino con verdes.

Estos conjuntos se realzan con juegos de vajilla Christofle en tonos sobrios y texturas que contrastan, logrando un balance entre lo clásico y lo actual.

“Sin importar si se prefiere un estilo sobrio o más recargado, hay opciones para todos los gustos, siempre con un toque personalizado que vuelve cada festejo algo especial”, asevera la diseñadora de interiores, quien ve la mesa como el escenario donde brotan los recuerdos familiares.

Una de las sugerencias más atrevidas de Ricart es darle un respiro al mantel tradicional y permitir que la madera o el material de la superficie se luzca plenamente. “A menudo cubrimos mesas impresionantes por creer que solo el mantel aporta elegancia, cuando podemos exaltar la decoración con distintos elementos que brindan textura y naturalidad”, comenta.

Las velas, para Pilar, son un distintivo imprescindible. “Aportan sensación de unión, calidez y compañía”, señala. Propone integrarlas en candelabros de alturas variadas o, para un aire moderno, usar versiones LED que conservan el encanto de la luz tenue sin sacrificar la seguridad.

Para culminar su propuesta, Pilar Ricart sugiere incluir la cubitera de champán como parte de los elementos visibles en la mesa. Más allá de su utilidad, este detalle añade un aire de solemnidad y distinción, recordando celebraciones más suntuosas. Además, su presencia facilita el servicio al momento del brindis, un gesto simbólico que cobra especial relevancia en la cena de Acción de Gracias, donde la conexión familiar y el agradecimiento son protagonistas.

En lo referente al postre, la experta aconseja llevarlo ya servido a la mesa, una práctica que no solo agiliza el momento dulce del evento, sino que ayuda a mantener el orden y la estética visual del arreglo.

Sobre la disposición de las copas, Ricart explica que hay distintas maneras de ordenarlas —en fila o en triángulo—, dependiendo del estilo del servicio. No obstante, recalca que la copa de agua es fundamental y nunca debe faltar, ya que es la primera en llenarse y se mantiene durante toda la comida, asegurando la coherencia y el seguimiento del protocolo en la mesa.

En resumen, esta propuesta es un recorrido por la esencia del diseño y el festejo: una mesa donde cada pormenor narra una historia, donde lo tradicional se viste de vanguardia y donde el borgoña se erige como emblema de agradecimiento, distinción y afecto compartido.

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