A causa de la ausencia física y afecto de su padre, Denzer Guzmán halló en su abuelo Juan a la figura que lo orientaría por el sendero correcto y el progreso, permitiéndole así alcanzar una firma en el béisbol.
Su tío Juan Ramón también jugó un rol fundamental en su desarrollo deportivo en cuanto a la pelota, mientras que su abuela Ramona y un par de sus tías se encargaron de asegurar que el entonces niño estudiara y siempre estuviera bien nutrido.
Guzmán, hoy un jugador profesional que este año probó las “mayores” con Anaheim, no fue criado por sus padres; más bien, en su crecimiento, los abuelos y tíos ya mencionados asumieron el mayor esfuerzo para convertirlo hoy en un ser humano realizado que poco a poco está cumpliendo sus aspiraciones.
Decidido y con sed de superar los escollos hallados en su camino hacia el éxito, Guzmán es un vivo ejemplo de que con un cien por ciento de esfuerzo las metas se logran.
Este fue su caso, sin reservas: el propio campocorto relata haber realizado más de 100 pruebas en su lucha por conseguir esa firma.
“Muchas veces hacía dos pruebas en un solo día, incluso los domingos me tocaba mostrar mis habilidades a los cazatalentos,” comentó el jugador de 21 años, quien pertenece a los Toros y compartió con Listín Diario.
Recuerda que en una ocasión, ya exhausto de tantas presentaciones, le comunicó a su abuelo y tío: “¿Cuándo se concreta la firma?, ya que uno de los interesados no quería superar los 1.3 millones de bono, como se había prometido para el 2021.”
No obstante, el joven poseía tantas cualidades que se aspiraba a más, y al final llegó a un acuerdo por 2 millones con Anaheim, un contrato considerado entre los más valiosos que esta franquicia ha otorgado en el *draft* internacional.
“En la familia hemos sido muy unidos, las decisiones se toman en conjunto y los resultados ya son visibles”, añadió el jugador, quien este año agotó 42 turnos con Anaheim y se preparó en la Academia Juano Béisbol Club, una instalación fundada por su abuelo y tío.
Ambos no solo fueron figuras de autoridad, sino sus instructores directos, puliendo sus destrezas desde las etapas iniciales hasta que finalmente consiguió su contrato y no ha parado desde entonces, enfrentando inmediatamente los retos del béisbol organizado.
De hecho, solo pasó un año en la Dominican Summer League y, gracias a su talento, ascendió rápidamente por las ligas menores, al punto de que en este 2025 vio acción en tres niveles, incluyendo las mayores.
Ya tenía 17 jonrones y 74 carreras impulsadas en Triple A, inmerso en su habitación, cuando recibió una llamada de Keith Johnson. El mánager le dijo: “Prepara tu equipaje porque te vas a las Grandes Ligas.”
“Sin duda, fue la noticia más emocionante que he recibido; quedé paralizado por unos cinco minutos, con lágrimas de alegría y una celebración inmensa”, relata el oriundo de San Pedro de Macorís.
“Me quedé sin habla y sin voz por un buen rato; ser llamado a las Mayores era lo más lejano que imaginaba.”
El desarrollo y posterior contrato de Guzmán son un testimonio claro de la entrega, la fe y la orientación constante brindada por su abuelo y su tío, quienes fueron sus primeros y más firmes aliados en el béisbol.
Este contenido fue hecho con la asistencia de una inteligencia artificial y contó con la revisión del editor/periodista.
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