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Washington, D.C.- La clausura del gobierno estadounidense, la más extensa de la historia, concluyó al estampar su firma el presidente Donald Trump en el proyecto de ley de presupuesto. Los funcionarios federales empezarán a percibir sus sueldos de nuevo, los parques nacionales reabrirán sus puertas y las prestaciones gubernamentales que estaban limitadas o totalmente detenidas se reanudarán.
“El mandatario Donald Trump estampó su firma en el documento presupuestario que dio por terminada la paralización gubernamental cerca de dos horas tras el voto favorable de la Cámara de Representantes de EE. UU. para restablecer la operación del gobierno federal, después de jornadas de inactividad, el lapso más prolongado hasta la fecha”, comentó el jefe de Estado de EE. UU. desde la Oficina Oval.
Conforme a reportes de prensa internacional, con un resultado de 222 votos a favor y 209 en contra, se logró un triunfo para Trump y los conservadores, quienes se opusieron a prolongar las ayudas para la asistencia sanitaria, tal como solicitaban los progresistas. Los líderes demócratas en las dos Cámaras desestimaron la legislación debido a que el núcleo de la controversia, la extensión de las subvenciones sanitarias, fue eliminado, lo que provocará que programas como el Obamacare queden sin fondos en diciembre.
La normativa que rubricó el republicano asegura la financiación de la mayor parte de las entidades federales, la cual expirará a medianoche del 30 de enero del próximo año. Esto podría originar otra paralización al inicio del ciclo siguiente si no logran un consenso sobre el tema sanitario.
El pacto incluye un incremento de recursos para la Patrulla Fronteriza y las oficinas de inmigración, buscando fortalecer la capacidad de vigilancia en la frontera sur; recursos adicionales para el Departamento de Asuntos de Veteranos, destinados a optimizar hospitales y prestaciones médicas, además de fondos para el Departamento de Agricultura enfocados en expandir los planes de alimentación infantil y auxilio alimentario.
La interrupción administrativa, que se extendió por 43 días, resultó en la anulación de miles de trayectos aéreos internos, además de la suspensión de la remuneración de más de 1.3 millones de empleados públicos federales.
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