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De esta forma concluyó la cuarta edición de CLX Night Run 2025

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Más allá de la competición, la actividad se consolidó como una celebración comunitaria que ratificó la posición de la urbe como un referente de las carreras bajo techo en Venezuela.

Este contenido fue hecho con la asistencia de una inteligencia artificial y contó con la revisión del editor/periodista.

La cuarta versión de la CLX Night Run convirtió el centro de Valencia en una tarima vibrante donde el ejercicio, la música y la tecnología convergieron en una fiesta nocturna que atrajo a corredores, familias y espectadores de diversas regiones. Más allá de la competición, la actividad se consolidó como una celebración comunitaria que ratificó la posición de la urbe como un referente de las carreras bajo techo en Venezuela. Desde el comienzo, se percibía esa atmósfera de gran suceso, de esas veladas que perduran en la memoria por la energía compartida.

La partida dejó en claro que no era una carrera común. Los asistentes llegaron al punto inicial portando brazaletes luminosos LED en tonos azules y verdes, un detalle simple pero impactante que definió la estética visual de la noche. El trayecto se extendió por avenidas importantes, respaldado por una infraestructura técnica que incluyó señalización de gran visibilidad, personal de resguardo distribuido a lo largo del circuito y una coordinación precisa entre la organización, autoridades locales y colaboradores voluntarios. El panorama era dinámico: luces que se movían en patrones, voces de aliento a cada paso y esa mezcla de emoción y entusiasmo que caracteriza a las competencias nocturnas.

Uno de los instantes más comentados fue la presencia de Nasar Dagga, directivo de CLX Group, quien estuvo involucrado activamente durante el evento y felicitó a los atletas al cruzar la meta. Su discurso se centró en el objetivo que ha guiado la carrera desde su inicio: fomentar una vivencia sana, moderna y segura que congregue a la comunidad en torno a una visión de porvenir. Si bien su intervención fue breve, mantuvo el trato cordial que la entidad ha cultivado edición tras edición.

La acogida del público fue masiva. La arteria principal se llenó de espectadores que animaban a los competidores, muchos de ellos portando banderas, pancartas improvisadas e incluso instrumentos de percusión, creando un ambiente casi festivo. Incluso personas que no iban a correr se acercaron, atraídas por el alumbrado, el sonido y el ambiente general. En una esquina, una señora, riendo, comentaba que acompañaba a su nieto por primera vez y que “esto se siente como Navidad, pero con actividad física”. Esas estampas, pequeñas y espontáneas, son las que dan vida a las narrativas de estos encuentros.

La logística fue uno de los aspectos más elogiados. CLX Group dispuso de un equipo técnico de más de 400 integrantes, incluyendo asistencia médica, personal de apoyo, seguridad privada y montaje de escenarios. Los participantes contaron con estaciones de hidratación colocadas estratégicamente, servicios de socorro presentes durante todo el recorrido y áreas de recuperación habilitadas para quienes completaran los cinco kilómetros. Hubo un esfuerzo notable para asegurar que cada fase se desarrollara sin tropiezos, algo que los propios corredores reconocieron al finalizar.

La culminación de la jornada fue tan enérgica como el arranque. Luego de cruzar el límite final, el espacio se transformó nuevamente, esta vez para la fiesta posterior amenizada por Caramelos de Cianuro. Los asistentes, con el corazón aún acelerado por la carrera, corearon temas conocidos de la banda mientras la brisa nocturna se fusionaba con la resonancia musical. Para muchos atletas, ese concierto representaba un premio tan valioso como la meta. El grupo supo capitalizar la energía del público y ofreció un espectáculo que electrizó a todos.

El impacto del suceso no se limitó a las calles. Las plataformas digitales se inundaron de imágenes, vídeos y transmisiones en directo. Historias de Instagram y *reels* documentaron desde el calentamiento inicial hasta las sonrisas exhaustas de la conclusión. El hashtag CLXNightRun se posicionó entre las tendencias locales, subrayando la trascendencia del evento. Algunos usuarios compartieron su experiencia de forma personal, describiendo la carrera como “una noche diferente en la ciudad”, “un respiro activo” o “una muestra de que Valencia está vibrante y en movimiento”.

Más allá de los focos y los números, la CLX Night Run dejó un mensaje claro: el deporte puede ser un punto de convergencia para una ciudad que palpita con su gente y que celebra sus propios logros. La combinación de música, tecnología, gestión impecable y entusiasmo comunitario hizo de la cuarta edición un estándar para futuras actividades. Para quienes formaron parte, la noche no fue solo un trayecto de cinco kilómetros, sino un recordatorio de que la actividad física, vivida en comunidad, tiene el poder de conectar, motivar y forjar memorias.

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