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Persiste el aumento de la tensión entre Washington y Caracas, en el mar Caribe, zona donde hoy Estados Unidos tiene desplegado el 10% de sus efectivos navales.
Sigue en ascenso la fricción entre Washington y Caracas, en el Caribe, lugar donde EE. UU. concentra ahora el 10% de su armada. En agosto, Donald Trump anunció el incremento de la flota estadounidense para combatir el tráfico de estupefacientes en la zona. Desde la primera incursión aérea contra una presunta lancha narco el 2 de septiembre, 61 personas, incluyendo dos ciudadanos de Trinidad y Tobago, han fallecido en agresiones a embarcaciones, mayormente cerca de las costas venezolanas. RFI dialogó con gente de mar de Trinidad y Tobago.
A fines de la semana pasada, el navío de guerra USS Gravely partió de Puerto España, tras cuatro jornadas de ejercicios junto a la Armada de Trinidad y Tobago.
Más al norte de la isla, en la playa Las Cuevas, los marineros limpian su pesca del día. Chad Joseph, uno de los dos presuntos afectados trinitenses por las acciones bélicas de EE. UU., era oriundo de este pueblo. Su tía, Lynette Burnley, exige explicaciones.
“¡Trump está desquiciado! Apenas ve un bote, dice que lleva drogas. ¿Cómo puede saberlo? Si los hacen volar, ya no hay evidencia, ¡no queda nada m s! ¡Que los paren, que los juzguen, que hagan lo requerido, pero no pueden acusarlos sin pruebas!”, exclama.
La Primera Ministra respalda las ofensivas norteamericanas
En este clima de creciente confrontación entre Venezuela y Estados Unidos, la Primera Ministra de Trinidad y Tobago, Kamla Persad-Bissessar, ha reiterado su apoyo a las incursiones contra buques sospechosos de transportar drogas. En Carenage, a unos quince kilómetros del litoral venezolano, Christopher Calder, un pescador retirado, también ve con buenos ojos la participación estadounidense en el área, pese a su ilegalidad.
“Todo lo que sucede en mar abierto, los yanquis hacen bien en proceder como lo hacen, dado que esas embarcaciones cuentan con cuatro, cinco, seis, hasta siete motores, y navegan a toda máquina. ¡No son botes de pesca!”, argumenta.
Mientras el navío más grande de la escuadra americana, el portaaviones USS Gerald R. Ford, se dirige al Caribe, los pescadores de Trinidad modifican sus costumbres por temor a ser confundidos con narcotraficantes. Ahora evitan faenar de noche, acercarse al litoral venezolano o adentrarse mucho, donde el marco legal internacional ya no está asegurado.














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