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Trump sostiene que las incursiones son vitales para detener el trasiego de drogas hacia Estados Unidos
El mandatario estadounidense, Donald Trump, manifestó repetidas veces durante su primer periodo (2017-2021) que consideraba todas las alternativas posibles respecto a Venezuela.
Actualmente, todas esas opciones se sitúan cerca del litoral venezolano, según James Story, exembajador de la Unidad de Asuntos Venezolanos, adscrito a la Legación de EE. UU. en Bogotá desde 2020 hasta 2023.
Durante los últimos dos meses, EE. UU. ha concentrado en el Caribe, próximo a las costas de Venezuela, una capacidad militar compuesta por navíos de guerra, aeronaves de combate, bombarderos, infantes de marina, drones y aparatos de reconocimiento aéreo.
Un análisis de expertos del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS) indica que este despliegue marítimo en el Caribe representa el de mayor magnitud en la historia del país norteamericano desde el inicio de la primera Guerra del Golfo Pérsico (1990-1991).
Unas 64 personas han perecido desde septiembre a raíz de una serie de operaciones norteamericanas contra supuestos transportes de estupefacientes en el Caribe (principalmente) y el Pacífico oriental.
Mientras Trump argumenta que estos operativos son necesarios para contener el flujo de narcóticos hacia Estados Unidos, Maduro acusa a Washington de “orquestar un nuevo conflicto bélico”.
Nicolás Maduro culpó a EE. UU. de escenificar un caso en contra de su nación y afirmó estar preparando unidades para responder ante cualquier provocación de Washington.
Y Tarek William Saab, Fiscal General de Venezuela, declaró a la BBC que no alberga duda alguna de que Donald Trump busca desestabilizar su administración.
Ver también: EE. UU. apoya la decisión de República Dominicana de aplazar la Cumbre de las Américas
El otrora embajador James Story sugiere que Trump podría ordenar pronto ataques contra infraestructuras de narcotraficantes dentro de Venezuela o, incluso, autorizar una acometida directa contra la cúpula gubernamental del país, a la que señala como cabecilla del Cártel de los Soles.
Previamente, Story fungió como encargado de negocios en la Representación Diplomática de EE. UU. en Caracas desde 2018 hasta la interrupción de actividades y el repliegue del personal diplomático estadounidense de Venezuela un año después, motivado porque la Casa Blanca reconoció al líder opositor Juan Guaidó como presidente interino venezolano.
Tras abstenerse de concurrir a las elecciones presidenciales de 2018 por considerarlas fraudulentas, la oposición venezolana, junto con Estados Unidos y numerosos países de Latinoamérica y Europa, objetaron la validez de la elección de Maduro en aquella contienda.
En una plática con BBC Mundo, más de cinco años después de su partida de Caracas y en lo que parece ser uno de los momentos de mayor tensión en las relaciones entre Estados Unidos y Venezuela, James Story aborda la considerable congregación militar que el presidente Trump ha dispuesto cerca de la ribera venezolana y adelanta que ejecutará “algo”, si bien muy pocos conocen con certeza la naturaleza exacta de dicho acto.
¿Cómo calificaría usted la situación actual entre Washington y Caracas?
En este instante, no existe nexo alguno entre Washington y Caracas.
Hay escasa probabilidad de que se produzca un intercambio verbal de cualquier tipo o, al menos, uno fructífero.
Nuestra directriz ha consistido en situar en la zona instrumentos para intervenir en Venezuela.
Esa intervención todavía está pendiente de definición.
En su primer mandato, Trump se centró en la presión política y las sanciones contra el régimen de Maduro. En este segundo periodo, envía navíos militares al Caribe y ha aseverado que los días de Maduro como presidente venezolano están contados. ¿A qué obedece un giro tan drástico en la táctica?
Existen diversas motivaciones para que estemos presenciando esta máxima presión.
La primera reside en que el pasado año, durante la votación, la inmensa mayoría de los venezolanos sufragaron por un cambio de gobierno. Respaldaron a Edmundo González y decidieron poner fin a la pesadilla de Maduro.
El segundo factor es que el éxodo de cerca de 9 millones de personas ha generado serias dificultades para la región.
Si consideramos Aruba, entre el 10 y el 15% de sus habitantes son venezolanos. En Colombia, ya son 3 millones de venezolanos.
Colombia es una nación que se recupera de un conflicto armado interno y ahora debe atender a más de 3 millones de individuos, a quienes debe garantizar alimentación, residencia, atención sanitaria y formación. Es una situación muy compleja.
Además, surgen complicaciones debido al gran flujo migratorio desde Centroamérica y México hacia Estados Unidos.
Así que es un tema de democracia, migración, pero también de vulneraciones a los derechos humanos, lo que Maduro ha perpetrado contra las garantías fundamentales y la estabilidad regional.
El gobierno venezolano indica que EE. UU. prepara una incursión militar. ¿Lo ve factible? ¿Está Trump dispuesto a arriesgar la vida de sus efectivos para forzar un cambio de régimen en Venezuela?
La dotación militar presente no es suficiente para una invasión.
En 1983, la intervención en Granada involucró a 7.000 efectivos. En Panamá, en 1989, fueron 30.000 soldados. En esta ocasión, hay entre 5.000 y 10.000 militares en la zona, lo cual no es suficiente para una incursión.
No obstante, el presidente posee la capacidad de ejecutar múltiples acciones con los medios desplegados en el área.
El presidente Trump puede abatir a más traficantes de narcóticos en la zona, dentro o fuera de Venezuela, o neutralizar a la élite del gobierno venezolano.
Son resoluciones que desconozco si han sido adoptadas o no, pero la realidad es que contamos con una fuerza muy considerable en la región.
El portaaviones USS Gerald R. Ford también se aproxima desde Croacia y nos proporcionará aún más capacidad en la zona.
Supongo que el presidente empleará esa fuerza para hacer alguna cosa. No sé el qué, pero algo implementará.
¿Tiene alguna hipótesis sobre lo que podría ser ese “algo”?
Podría atacar alguna pista de aterrizaje clandestina al sur del lago de Maracaibo, desde donde se origina el 25% de los vuelos de droga.
Desde Venezuela se despacha entre el 5% y el 10% de la cocaína dirigida al norte, pero de todos los vuelos que transportan estupefacientes, el 95% despega del área sur del lago de Maracaibo.
Podría ser una acción concreta como esa. También podría dirigirse a un objetivo del Tren de Aragua o del Cártel de los Soles, o ser una acción de mayor alcance.
¿Qué opina sobre la utilización continua de fuerza letal para interceptar embarcaciones que presuntamente transportan drogas a Estados Unidos?
Es un aspecto que debería ser debatido por el Congreso norteamericano.
Contamos con la Autorización para el Uso de Fuerza Militar (AUMF) y considero que el Legislativo está próximo a discutir estos asuntos: si estas organizaciones presentan un peligro directo para Estados Unidos y si podemos equiparar a los grupos catalogados como terroristas con los grupos dedicados al narcotráfico.
Ya hemos observado que varios senadores, como Rand Paul de Kentucky, discrepan del uso de la fuerza de esta manera.
En este momento, el Congreso no está en periodo de sesiones. Imagino que al reanudarlas iniciarán una deliberación al respecto.
¿Cree que esta contienda es verdaderamente contra los cárteles o es más bien contra Maduro?
La presencia militar en el Caribe excede en magnitud y poderío a lo que sería únicamente una acción contra narcóticos.
Es una canoa frente a un buque de guerra.
Yo diría que es una señal. El presidente ha mencionado programas de la CIA, por ejemplo. Algo usualmente muy reservado, él lo ha expuesto de manera abierta.
Trump está transmitiendo el mensaje de que dispone de todos los recursos del Estado norteamericano para emplearlos contra Maduro, si fuera menester.
Maduro es un autócrata. Forma parte de una organización criminal que simula ser un gobierno, pero que en realidad es un grupo delictivo.
Es un individuo con requerimientos judiciales por tráfico de estupefacientes en Estados Unidos y también por crímenes de lesa humanidad ante la Corte Penal Internacional.
Es una persona ya muy aislada. La líder de la oposición venezolana (María Corina Machado) ganó el Premio Nobel de la Paz. Nadie cree que él se adjudicó las elecciones del año pasado. Además, está involucrado en toda clase de fechorías.
Hay quienes opinan que si Maduro y su círculo son removidos, sobrevendrá el caos y Venezuela se transformará en un Irak. ¿Cuál es su perspectiva?
No lo creo. Hay quienes predicen que se asemejará a Irak, otros que a Vietnam, Libia o Haití. Ninguna de esas predicciones es acertada.
Venezuela es un país con ciudadanos patriotas. Tanto María Corina Machado como Maduro, ambos consideran que el Esequibo, ubicado en Guyana, es territorio venezolano.
Los venezolanos comparten valores, un gran orgullo por su identidad nacional y poseen vastas reservas naturales para la restauración de su nación.
El verdadero obstáculo es la criminalidad e ilegalidad reinante en el país, especialmente en la frontera con Colombia, con las FARC y el ELN, y otras bandas como el Tren de Aragua y otras presentes en Petare, Catia, en Caracas.
Será imperativo restaurar las instituciones en todo el país, desde la presidencia hasta el agente de policía local.
Ese es el verdadero desafío una vez que ocurra un cambio.
Venezuela no se convertirá en otro Irak. No habrá una guerra civil. La gran mayoría de los venezolanos anhelan el fin de la pesadilla de Maduro y votaron para destituirlo.
Ahora es necesario ayudarles a que puedan restablecer el marco institucional del país.
EE. UU. defendió en su momento las sanciones como mecanismo de presión política, pero hoy existe un debate sobre su efectividad y primordialmente sobre la repercusión humanitaria. ¿Hasta qué punto lograron sus metas las sanciones?
Considero que las sanciones cumplen un rol significativo y pueden funcionar como una palanca de negociación.
En el caso venezolano, tras experimentar un lapso bajo sanciones, todos han aprendido a gestionar transacciones al margen de estas restricciones.
En Venezuela, empezaron a comercializar su crudo con China mediante buques fantasma, como los l















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