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El Vaticano desvela: La Virgen María no otorga favores ni intercede para la salvación

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La Congregación para la Doctrina de la Fe del Vaticano dictaminó que la Santísima Virgen no debe ser vista como “corredentora”, ni compartir con Jesús la capacidad de librar a la humanidad del pecado, por lo cual no se establecerá un nuevo dogma. Con esto, se da por terminada una larga controversia entre teólogos.

El prefecto del que fue el Santo Oficio, el cardenal argentino Víctor Manuel Fernández, presentó este martes un extenso documento titulado *Mater Populi Fidelis* en una comparecencia de prensa fuera del Vaticano.

El escrito examina los diversos apelativos con los que se puede referir a María, madre de Dios, y deja claro que no es posible definirla como “redentora”, “mediadora” o alguien que confiere gracias.

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“Considerando la necesidad de exponer el papel secundario de María respecto a Cristo en la obra de la Redención, el empleo del título de corredentora para describir la colaboración de María es siempre improcedente.

Dicho título corre el riesgo de eclipsar la singular mediación salvífica de Cristo y, en consecuencia, podría generar confusión y desequilibrar la armonía de las verdades de la creencia cristiana”, señala el documento.

Asimismo, se especifica que “en sentido estricto, no podemos referirnos a otra mediación en la gracia distinta a la del Hijo de Dios encarnado”, y por ende, tampoco cabe hablar de María “como intercesora” para lograr la salvación.

El texto añade que ella no otorga gracias, sino que “María, en el orden de la gracia, debe entenderse como facilitadora”, ya que con su “amparo maternal” ayuda a “prepararnos para la vida de la gracia que únicamente el Señor puede infundir en nosotros”.

El tema de la “corredención” de la Virgen María ha sido foco de intenso debate entre los expertos en teología, particularmente los mariólogos, quienes estudian la doctrina centrada en la madre de Jesucristo. La devoción a María como “corredentora” es impulsada principalmente por ciertos grupos católicos más tradicionales, quienes han solicitado un nuevo dogma al respecto por años.

Los dogmas son postulados de fe que la Iglesia estipula como inamovibles. En el caso de la Virgen, son cuatro: que fue concebida sin pecado original, que se mantuvo virgen, que es Madre de Dios y que fue llevada al cielo en cuerpo y alma.

San Juan Pablo II se refirió en diversas ocasiones a María como “corredentora”, mientras que Benedicto XVI evitó dicha terminología. El papa Francisco, en una alocución espontánea en 2019, clausuró tajantemente la discusión: “Cuando vengan con historias de que hay que proclamarle esto, o hacerle tal otro dogma o aquello, no nos distraigamos en necedades”.

Diversos santos –como el Padre Pío, San Gabriel de la Dolorosa, la Madre Teresa de Calcuta, Bartolo Longo, Maximiliano Kolbe, Edith Stein y Sor Lucía de Fátima– han utilizado el título en algún momento. Por este motivo, a solicitud de la Santa Sede, se conformó una comisión en el XIII Congreso Mariológico Internacional celebrado en Czestochowa (Polonia) en 1996, la cual ya en aquel entonces desechó decretar un nuevo dogma.

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