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El Instituto Nacional del Cáncer Rosa Emilia Sánchez Pérez de Taveras (Incart), aún en la mañana de este jueves, no tenía definida una hora exacta para operar a plena capacidad, luego de cuatro días funcionando a medias por un serio desperfecto eléctrico que afectó su infraestructura interna, según indicaron empleados del lugar.
Aunque los directivos de la institución manifestaron en una nota que el centro “funciona al 90% de su potencial”, la situación vista por El Nacional durante una inspección desmiente esas afirmaciones.
Según reportes de personas cercanas a la gestión, apenas con un 70% de la plantilla trabajando, y varios departamentos cruciales siguen restringidos o totalmente inactivos.
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La causa del inconveniente se centra en que el cuadro de fusibles se carbonizó totalmente, sumado a tramos del tendido eléctrico subterráneo, dejando inoperables zonas fundamentales y repercutiendo directamente en los sistemas informáticos.
“La dispensación de fármacos está paralizada porque no se puede acceder al sistema digital para informar al Ministerio de Salud”, detalló una fuente del hospital, agregando que tampoco se están realizando atenciones ambulatorias, puesto que la maquinaria administrativa y clínica sigue detenida.
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