Este contenido fue hecho con la asistencia de una inteligencia artificial y contó con la revisión del editor/periodista.
NUEVA YORK – La iniciativa para conceder la nacionalidad española reparadora a los puertorriqueños avanza en diversos ámbitos, tanto en España como en Puerto Rico, con el respaldo de sectores de la sociedad civil que la han adoptado, afirmó su principal promotor, Rafael Maldonado De Guevara.
En una charla con El Diario, el catedrático mencionó que actualmente se encuentran en la segunda etapa de la campaña, la cual busca trascender el círculo académico para llegar a instituciones políticas y parlamentarias con el objetivo de convertirla en ley.
“Creemos estar iniciando una segunda fase. Hubo una etapa muy veloz, la fase académica, que también ocurrió con los (judíos) sefardíes (y la ciudadanía española reparadora)”, expuso el docente de la Universidad Carlos III de Madrid.
“La propuesta se dio a conocer en un congreso internacional en Madrid en octubre de 2024, y este octubre, justo un año después, 70 especialistas se reunieron convocados por el Departamento de Humanidades de la Universidad de Puerto Rico (UPR) en Bayamón en un congreso internacional titulado ‘Puerto Rico y España, de la ley sefardí a la propuesta de nacionalidad reparadora’. Esto marca el salto inmediato de una idea académica a una idea social, ya que el Círculo de Amistad Canaria de Puerto Rico, que representa a la comunidad de ascendencia española más numerosa e influyente a nivel cultural y dialectal, ha tomado esto como estandarte”, argumentó el también letrado.
Según Maldonado De Guevara, ahora es el momento de presionar para que más personas, particularmente en España, tomen conciencia de esta situación “especialmente dolorosa y lesiva en nuestra propia historia, e iniciar conversaciones con mandatarios y agrupaciones políticas españolas con la meta de que se materialice en una ley que pase por el Congreso español”.
El encuentro en el Teatro Braulio Castillo, en el marco del congreso de la UPR de Bayamón, congregó a cerca de 500 asistentes entre locales y foráneos.
“Percibí mucha esperanza, gran entusiasmo”, describió el académico sobre la conferencia.
El entrevistado confía en que el “efecto dominó” generado por la propuesta llegará al ámbito parlamentario para transformarse en legislación.
“Mucha gente me está contactando, y, por ejemplo, esta oportunidad de dirigirme a la diáspora boricua en Estados Unidos también surge a raíz del congreso (en Puerto Rico). Aquí en España mucha gente lo ha visto por redes sociales; están mostrando sorpresa y también estoy recibiendo llamadas”, destacó.
El impulso para la legislación podría emanar de formaciones políticas canarias, reflexionó el historiador.
“Si lo logramos, y el Círculo de Amistad Canaria está trabajando en ello, si conseguimos que un partido canario, que si bien tiene un porcentaje menor de votos a nivel nacional, cuenta con diputados muy influyentes en el Congreso de los Diputados, asuma esta causa, eso facilitará persuadir a los grandes partidos en el Congreso de los Diputados para que se planteen una ley de nacionalidad española reparadora y de reintegración jurídica voluntaria para los descendientes de los puertorriqueños privados de nacionalidad en 1898”, analizó.
Puerto Rico fue posesión española por casi 400 años, de 1508 a 1898.
La propuesta para otorgar la ciudadanía española a los puertorriqueños que la pidan dentro y fuera de la isla serviría para remediar los perjuicios causados por el Tratado de París, mediante el cual España traspasó Puerto Rico a Estados Unidos en 1898 tras la Guerra Hispanoamericana. Desde entonces, el territorio pertenece al país norteamericano.
El tratado también supuso la cesión de Guam y Filipinas a EE. UU.
Como resultado del acuerdo, los descendientes de los súbditos españoles de Puerto Rico perdieron su nacionalidad.
La iniciativa sería un camino excepcional para que los puertorriqueños accedan a la naturalización española, después de cumplir con ciertos requisitos, incluyendo la demostración de sus lazos familiares con los españoles de finales del siglo anterior.
“A causa del Tratado de París, en 1898, a todos los puertorriqueños nacidos en la isla, quienes hasta ese momento eran ciudadanos españoles plenos, con voz y voto en el Congreso y el Senado de España, y siendo de hecho los únicos nacionales españoles con instituciones autonómicas, se les arrebató su nacionalidad española de forma arbitraria, forzada e injusta, quedando en un vacío legal hasta que en 1917 se les extendió la ciudadanía estadounidense, casi coincidiendo con la entrada de Estados Unidos en la Primera Guerra Mundial y la consecuente necesidad de reclutas. Aquello fue una catástrofe histórica, legal y moral sin parangón en la historia de España”, explicó Maldonado De Guevara sobre el impacto de la retirada abrupta de la ciudadanía a los puertorriqueños.
Las afectaciones derivadas de la pérdida forzosa de nacionalidad abarcan, según detalló, desde la exclusión del derecho a voto hasta la ruptura de lazos familiares y festividades culturales.
“Perdieron derechos de participación política, de sufragio activo y pasivo; no pudieron volver a elegir representantes en el Congreso y el Senado; perdieron la conexión con su tierra, un país que, en general, no habían rechazado; la unión con España… Perdieron nexos familiares, puesto que hay que considerar que la población puertorriqueña entre 1775 y 1899 se multiplicó por 21, y el mayor flujo migratorio se dio en el periodo de 1850 a 1880, siendo el 88% de ellos españoles de la Península, Canarias o Baleares. Así pues, a estas personas separadas bruscamente de España en 1898, también se les separó de sus abuelos, padres, tíos, etc., y no solo eso, sino que vieron vulnerados durante mucho tiempo sus derechos lingüísticos y culturales, intentaron suprimir la celebración de Reyes Magos; se impuso el inglés de forma forzosa como idioma en ciertos niveles educativos”, mencionó.
El empeño con el que el académico defiende su propuesta no es infundado.
Tras investigar el caso de Puerto Rico y el siglo XIX, comprendió que la isla era “la pena más honda que tenía España” después de la contienda civil.
“Ya conocía el rol muy particular de Puerto Rico en la historia española porque había organizado algunas actividades en el ámbito académico, y luego, durante 2024, estudié el siglo XIX español por otros motivos y llegué a la conclusión de que el asunto de Puerto Rico era la espina más clavada para España si dejamos de lado la guerra civil entre 1933 y 1939, a la cual se ha dado una respuesta en términos de nacionalidades con la Ley de Memoria Democrática e Histórica. Por lo tanto, me parece una cuestión de responsabilidad moral”, aseveró el investigador.
El estudioso también busca fortalecer los lazos entre España, Puerto Rico y otras naciones.
“Tender lazos de hermandad entre los pueblos hispánicos de América y también por la dignidad de mi propia nación. Los cuatro siglos de presencia española en América, con sus luces y sombras, porque hubo de todo, cosas buenas y malas, constituyeron una historia grandiosa que moldeó, en cierta medida, el rostro de la humanidad, y no merece tener un cierre tan indigno como el Tratado de París de 1898, donde España cede, es cierto que por imposición militar de Estados Unidos, pero cede a casi un millón de sus propios ciudadanos que, por regla general, no habían renunciado a su condición de españoles, y se olvida de ellos”, planteó.
“Pienso que debemos examinar el pasado con espíritu crítico; pero, de forma positiva, ofrezcamos una respuesta constructiva”, añadió.
El tema de la nacionalidad española reparadora ya se ha aplicado a otras comunidades, como la judía sefardí. En 2015, se aprobó una ley que favoreció a ese grupo, descendientes de los judíos expulsados de la Península Ibérica en 1492. El plazo para solicitarla finalizó en 2019.
Por otra parte, se presentó una iniciativa legal en el Congreso de los Diputados para otorgar la ciudadanía española a los saharauis nacidos antes del 26 de febrero de 1976. España se retiró del Sáhara Occidental esa fecha.
“España ha sido muy pionera en cuestiones de nacionalidad reparadora. Pues bien, ahora es el turno de Puerto Rico”, sentenció Maldonado De Guevara.
El profesor destacó que, si bien los casos de los sefardíes y los puertorriqueños pueden parecer muy dispares, comparten varios puntos en común, como la concesión del Premio Príncipe de Asturias.
“Los sefardíes son los descendientes de los judíos españoles expulsados en 1492. Ellos también, en circunstancias muy complicadas, mantuvieron la lengua española, en su caso un dialecto llamado ladino, y las costumbres traídas de la Corona de Castilla y Aragón. En 1990, España les otorgó el máximo galardón del Estado español, el Premio Príncipe de Asturias, por esa conservación cultural. Al año siguiente, en 1991, el Estado español concedió ese mismo reconocimiento al pueblo de Puerto Rico por haber conservado el idioma español”, comparó.
“Todo esto culminó en una ley, la que concede la nacionalidad a los sefardíes en 2015 para que, quienes lo desearan, tuvieran una vía excepcional durante tres años; luego hubo una extensión por un cuarto año”, especificó.
El experto explicó que, actualmente, los puertorriqueños pueden obtener la ciudadanía española por dos vías.
“Si residen legalmente en España por dos años, se les aplica el régimen iberoamericano que facilita la obtención de la nacionalidad cumpliendo con…”














Agregar Comentario