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Estrategia de los Dodgers: Evitar que Vladimir Guerrero Jr. decida el encuentro

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Está viviendo una postemporada histórica, con .412 de promedio de bateo, .506 de porcentaje de embasamiento y .824 de slugging, sumando ocho vuelacercas.

Este contenido fue hecho con la asistencia de una inteligencia artificial y contó con la revisión del editor/periodista.

Guerrero Jr. ha estado imparable en esta postemporada y los Dodgers saben que, para agenciarse su segundo título consecutivo de Serie Mundial, deben controlar a la figura de los Blue Jays.

Desde rectas elevadas hasta bases por bolas calculadas, los Dodgers tienen una estrategia para limitar al dominicano Vladimir Guerrero Jr., de Toronto, en el decisivo Juego 7 de la Serie Mundial.

Guerrero Jr. ha sido incontrolable en esta postemporada y los Dodgers saben que, para asegurar su segundo campeonato seguido de Serie Mundial, es crucial contener a la estrella de los Blue Jays.

Guerrero Jr. está viviendo una postemporada histórica, con .412 de promedio de bateo, .506 de porcentaje de embasamiento y .824 de slugging, sumando ocho vuelacercas. En general, los Dodgers han logrado mantenerlo a raya. Guerrero batea “solamente” .360/.500/.640 en la Serie Mundial. Está enfocado en su misión actual.

¿Cómo podrán los Dodgers frenar a Guerrero Jr. en el Juego 7? Aquí hay tres formas de mitigar su potencial impacto en el choque final de la campaña de béisbol de 2025.

La protección para el bateador proviene de quienes lo anteceden al plato, no de los que siguen. La mejor defensa es batear con gente en base, momento en que el pitcher tiene menos margen de error y tiende a lanzar desde la cuerda en lugar de con el brazo libre. En toda la liga, la ofensiva registró un OPS de .740 con corredores en los senderos durante la temporada regular, frente al .703 con las bases desocupadas. Hay una diferencia sustancial.

En la muestra relativamente corta que es la postemporada, Guerrero Jr. ha rendido un poco mejor con las almohadillas vacías (OPS de 1.361) que con hombres en base (OPS de 1.285), si bien ha sido asombroso en cualquier escenario. Evitar que lleguen a base se enfoca más en mermar el daño que Guerrero puede infligir que en colocarlo en una posición donde su rendimiento sea un poco menor.

Los Dodgers han manejado bien este aspecto en la Serie Mundial. Guerrero tiene 21 turnos al bate sin gente en base y 11 con corredores en los senderos. Esto debería repetirse en el Juego 7. Si logran mantener a raya al bateador nueve, Andrés Giménez, al primero, George Springer, y al segundo, Nathan Lukes, se reducirá el impacto que Vlad Jr. pueda generar en un turno específico.

Guerrero Jr. es un bateador sin fisuras. Recibió de su progenitor la capacidad natural para golpear la bola con fuerza y poder, además de ser muy metódico. Tras 17 juegos de postemporada, Guerrero Jr. aún acumula más cuadrangulares (ocho) que ponches (seis); ha habido momentos en que parecía imposible poncharlo. Lo máximo que el lanzador podía esperar era un pasaporte.

Cuando Guerrero Jr. ha extendido la zona de strike y ha atacado lanzamientos malos en esta postemporada, ha sido respondiendo a las curvas exteriores y fuera de la zona (el lanzamiento más atacado en el juego). Tampoco ha podido hacer mucho contra las bolas rápidas altas. Por lo tanto, el plan de los Dodgers para el Juego 7 es: lanzamientos potentes y elevados, con quiebre hacia el exterior.

Elevar las rectas es más sencillo de enunciar que de ejecutar. Si la trayectoria se desvía hacia arriba, es fácil dejarla pasar; si se desvía hacia abajo, es como lanzarle a un *tee*. Los Dodgers cuentan con pitchers que maximizan su rendimiento con rectas altas, como Shohei Ohtani, Tyler Glasnow y Blake Snell. Es seguro que veremos a Ohtani y Glasnow en el Juego 7. Tampoco podemos descartar a Snell. Al final, todos están listos para intervenir.

No existe un método “infalible” para lanzarle a Guerrero Jr. Es tan talentoso y rápido para ajustarse que, si le ofreces dos rectas altas en un turno, te la sacará del parque en la tercera. Sencillamente, esta es la táctica que le ha funcionado hasta ahora en esta postemporada.

Guerrero Jr. no ha conectado bien las rectas altas dentro de la zona de strike, y en las escasas ocasiones en que persigue pitcheos fuera de la zona, ha sido contra curvas a su lado opuesto.

Esta Serie Mundial ha estado plagada de boletos intencionales. Ambos conjuntos han concedido 11 bases por bolas intencionales en los seis encuentros (cinco a Ohtani y seis a bateadores diferentes con uno cada uno, incluyendo a Guerrero), igualando la cantidad otorgada en las Series Mundiales de 2021 a 2024 combinadas, y marcando la cifra más alta en una sola Serie Mundial desde 2011 (12, incluyendo cinco a Albert Pujols). Son demasiados pases libres.

Las estadísticas no avalan los boletos intencionales; analíticamente, regalar un corredor en base casi siempre resulta ser una mala decisión, pero innegablemente puede parecer lo correcto en el momento preciso. Dado el nivel de bateo que exhibe Guerrero Jr. ahora (concentrado y golpeando todo), si los Dodgers tienen una almohadilla libre, sí, ponerlo en base a propósito no es el peor desenlace, sobre todo en un juego apretado.

Para ser claros, no es que los Dodgers siempre le otorguen la inicial a Guerrero Jr. en cada aparición. Si los Blue Jays tienen gente en base y amenazan con producir muchas carreras, quitarle el bate al mejor bateador del mundo es una determinación justificable, incluso considerando el excelente desempeño de Bo Bichette como cuarto en el orden. Es un ejemplo clásico de “no permitas que él te gane”.

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