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Gedeón Santos: La democracia está en caída libre, mas aún puede ser salvada

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Santos señaló que "los partidos deberían funcionar como un doctor que diagnostica y prescribe.

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Santos señaló que “los partidos deberían funcionar como un doctor que diagnostica y prescribe. Pero para eso es necesario leer, investigar y comprender los síntomas”.

El analista político Gedeón Santos advirtió que tanto el esquema económico como la democracia predominante en la República Dominicana, y en otras naciones de América Latina, exhiben un estado de desgaste y fragilidad que requiere una reestructuración urgente.

Al participar este domingo en la Mesa de Podcast del programa Entre Periodistas por Telesistema, Santos analizó detalladamente la cuestión de las transformaciones abruptas que ha experimentado la democracia en los últimos 10 años y sus repercusiones catastróficas.

Aseguró que este país no ha sido el peor escenario, ya que consiguió una de las economías más prósperas de América Latina en las últimas tres décadas, pasando de un producto interno bruto de 18 mil millones de dólares en 1996 a superar los 30 mil millones.

No obstante, alertó sobre indicadores de agotamiento: “Nuestro modelo ha tenido éxito, pero está fatigado. Si anteriormente crecíamos al cinco por ciento, hoy apenas alcanzamos el dos y medio. Hay que reformarlo, no aniquilarlo”.

También abogó por una “democracia mixta” que combine orden y libertad, regulación y capacidad de innovar, sin caer en el “exceso de democracia”, al que conceptualizó como una permisividad exagerada que debilita las estructuras institucionales.

“La democracia precisa supervisión, pues si todo se deja al azar, se imponen los intereses monetarios, incluso el narcotráfico, lo cual corrompe el sistema desde adentro”, advirtió el exdiplomático.

Asimismo, reflexionó que las agrupaciones que antes servían de nexo entre la ciudadanía y el Estado han perdido esa función al dejar de investigar y comprender a la sociedad.

Al respecto complementó que “los partidos deberían asemejarse a un médico que diagnostica y ofrece tratamiento. Pero para ello se requiere lectura, estudio y captar las señales. Y actualmente muchos dirigentes buscan ascender rápidamente y sin esfuerzo”.

Y al describir la autoridad que ostentan los gobernantes, manifestó: “El poder es una bestia indomable. Si no lo controlas, te somete”. Insistió luego

en la necesidad de formación académica y modestia en el liderazgo político.

Recordó, además, que la enseñanza es el pilar central del progreso, y criticó la escasez de avances significativos en la calidad educativa durante la administración actual.

“El desafío no es solo construir infraestructuras escolares, sino mejorar la calidad de la enseñanza, para que esa mejor formación se refleje luego en la política y en la economía”, sostuvo el político, quien también ocupó cargos públicos como dirigir el Instituto Nacional de las Telecomunicaciones (Indotel).

Santos, exrepresentante ante la Organización de los Estados Americanos (OEA) y estudioso de las dinámicas políticas regionales, explicó que la democracia que se afianzó en América Latina tras el cese de las dictaduras fue efectiva para garantizar libertades, pero no ha logrado cumplir la promesa de prosperidad.

“No es suficiente poder expresarse libremente si no se puede acceder a un empleo digno o adquirir una vivienda”, aseveró, al tiempo que consideró que la desilusión ciudadana surge de una brecha cada vez mayor entre las aspiraciones sociales y la capacidad gubernamental de satisfacerlas.

Mencionó como factores influyentes en este panorama, la tendencia de las naciones latinoamericanas a emular los estilos de vida de los países ricos sin disponer de los recursos necesarios. También la insatisfacción constante de la clase media, que siempre anhela más -una mejor casa, un vehículo más grande, un nivel de vida superior-, alimentando una espiral de frustración que los gobiernos no consiguen calmar.

El político interpretó esa inquietud social como un riesgo para el avance político, económico y social de las naciones en desarrollo, con gran potencial de crecimiento, pero estancadas en lo superficial y los anhelos que esperan se materialicen de inmediato.

Sobre el estado en que se encuentran los líderes y mandatarios de Latinoamérica, señaló que están atrapados, pues prometen bienestar acelerado, tal como lo pide la ciudadanía, pero al asumir el cargo descubren que carecen de los medios para cumplirlo.

Gedeón Santos denomina a este escenario una discrepancia entre el deseo y la factibilidad de cumplimiento, lo cual deteriora la confianza pública y deja abierta la puerta a nuevos líderes que ofrecen soluciones sencillas o mesiánicas, aunque tampoco logren materializarlas totalmente como las presentaron.

“De ahí que sucesos como el del presidente de El Salvador, Nayib Bukele, o el auge de tendencias populistas en Europa y Estados Unidos sean manifestaciones del mismo malestar: el hartazgo con la democracia liberal ante la impaciencia ciudadana”, exclamó el invitado al espacio de podcast.

El conversatorio también abordó las pugnas entre el capitalismo y el socialismo, y la aparición de esquemas híbridos que buscan fusionar la eficacia del mercado con la distribución estatal.

Gedeón Santos ilustró el dilema con una analogía: “El capitalismo es como el fuego: sirve para cocinar o para quemarse. Es una energía tremenda para generar riqueza, pero requiere un regulador que la controle”.

Ese regulador -añadió- es el rol del Estado como agente estabilizador, capaz de evitar que la acumulación de poder y capital derive en catástrofes como la de 2008, cuando los mismos agentes económicos “adquirieron el derecho de manipular el regulador” y desataron la crisis financiera global.

Para Gedeón Santos, el porvenir dependerá de la capacidad nacional para entrelazar lo novedoso con lo ya probado, potenciar la formación y mantener el equilibrio entre el crecimiento y la justicia social.

“La democracia no está extinta -concluyó-, pero sí demanda una profunda revisión, y esa revisión comienza con que nosotros aprendamos, reflexionemos y actuemos con responsabilidad.”

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