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El lipedema es un padecimiento que impacta únicamente a féminas y se distingue por una acumulación de tejido adiposo patológico concentrada principalmente en extremidades superiores e inferiores.
Esta afección presenta una respuesta muy escasa a regímenes alimenticios y rutinas de ejercicio, incluso si son muy rigurosos, lo cual puede generar desazón y desesperación, según informa el sitio Lipemedical.
No obstante, para la maniquí panameña, Gracie Bon, esta dolencia se transformó en una “dicha”, ya que logró capitalizar lo que al comienzo le parecía un problema.
Bon experimentó un desarrollo precoz; a sus 8 años, mientras jugaba, ya era notoriamente curvilínea, algo que le causaba complejos por el tamaño de sus piernas. Se sentía apenada al escuchar cómo su círculo familiar y cercano la comparaba con sus otras parientas femeninas. Siempre destacaban su intelecto, mas no su atractivo físico como en el caso de las demás.
“Si estuvieras delgada, serías más linda”, eran algunas de las frases que escuchaba.
La progenitora de la modelo panameña fue diagnosticada con una enfermedad grave y desde muy joven empezó a trabajar para poder “salir adelante”. En una de esas ocupaciones conoció a su excompañero sentimental.
Bon compartió que en ese vínculo afectivo no se sentía satisfecha debido a la carencia de intimidad sexual.
“¿Qué debo hacer para que me veas como tu pareja?”, llegó a preguntarle, y él le instaba a seguir con sus dietas y ejercicios.
“No había nada en este orbe que yo pudiera hacer para obtener el afecto de esa persona”, pues accedía a sus exigencias. Se sometió a un bypass gástrico (una cirugía para reducir el estómago y perder peso), lo cual, según relató, incrementó su incertidumbre.
En búsqueda de una solución, acudieron a un especialista en terapia sexual, pero para Bon fue decepcionante y finalmente rompió el vínculo donde se sentía “psicológicamente agraviada”.
Gracie Bon recibió el primer cumplido: “tienes una figura muy hermosa”, por parte del dueño de un local comercial, quien le obsequió un traje de baño y le solicitó una fotografía.
A partir de ese instante, comenzó a explotar su imagen para promover sus productos. Al percatarse, Bon le propuso establecer un negocio, pero ella apenas tenía 800 seguidores, algo que para el dueño no era rentable. Le fijó la meta de alcanzar 130 mil seguidores.
Se introdujo en el ámbito de las redes sociales, empezó a mostrar su fisonomía, sus marcas en la piel y sus prominentes formas, lo cual la ha llevado hasta el día de hoy a congregar a 11.3 millones de admiradores en Instagram.
Ha colaborado con firmas importantes, ejerce como modelo y canta, ha brindado apoyo económico a su madre y realiza labores de caridad para los más necesitados, incluso fuera de su nación.
Y si bien su vida parece haber mejorado gracias a su resonancia internacional, su condición, que es más un tema médico que estético, continúa fastidiándola con dolores e incomodidades notables, además de la delicadeza de su piel que le provoca hematomas e inflamación.
En su rutina diaria le resulta complicado realizar su aseo personal, para lo cual cuenta con una persona que la asiste. Al viajar debe abonar por dos plazas, a pesar de ello, inspira a otras mujeres, principalmente a las de tallas grandes, y defiende la belleza natural.
Actualmente, está participando en el programa de telerrealidad “La casa de Alofoke 2”, donde ha tenido una actuación destacada que la ha mantenido en la emisión por streaming durante 26 jornadas.
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