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El 4 de noviembre conmemoramos la jornada dedicada a la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO, por sus siglas en inglés), una entidad que se autodefine como el brazo de la ONU encargado de incentivar la colaboración en campos como la educación, la ciencia, la cultura y la comunicación con el fin de fomentar la paz mundial.
Entre las tareas fundamentales de la UNESCO, cabe destacar su empeño en impulsar a nivel global la identificación, resguardo y conservación del acervo cultural y natural de valor excepcional para la humanidad, bajo el amparo de un instrumento internacional denominado Convención para la Protección del Patrimonio Mundial, Cultural y Natural, adoptada por dicha organización en 1972.
En relación con la mencionada Convención, en el ámbito de la representación nacional, es pertinente señalar que en junio de 2024, la República Dominicana fue elegida por primera vez como integrante del Comité Intergubernamental para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial de la UNESCO, posición que ejercerá por un cuatrienio y desde la cual consideramos que refuerza su liderazgo regional en temas de protección patrimonial.
Si nos enfocamos en los reconocimientos patrimoniales, en el caso de nuestra República Dominicana, es importante resaltar que la Ciudad Colonial de Santo Domingo, conocida también como la cuna de América o la Atenas del Nuevo Mundo en tiempos pasados, fue declarada “Patrimonio de la Humanidad” por la UNESCO en 1990.
Entre otros aspectos, podemos afirmar que nuestra Ciudad Colonial obtuvo el nombramiento de Patrimonio debido a que alberga diversas primacías en América, ascendiendo a 30 según el historiador José Chez Checo. Entre estas primicias americanas se encuentran la primera catedral, el primer hospital, la primera universidad, la primera capital, el primer ayuntamiento, las primeras casas reales, la primera corte virreinal europea, la primera audiencia real, entre otros.
Asimismo, en lo que respecta a la República Dominicana y sus expresiones musicales, tanto el merengue como la bachata están catalogados como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, distinción otorgada por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO). Siguiendo esta línea de la música, el baile y las festividades populares, también subrayamos el espacio cultural de la Cofradía del Espíritu Santo de los Congos de Villa Mella y la tradición del teatro danzado Cocolo, ambos reconocidos como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.
Recientemente, a esa lista de Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad de nuestro país, se ha incorporado nuestra gastronomía con el “casabe o pan de yuca”, que comparte esta distinción de la UNESCO con Haití, Cuba, Honduras y Venezuela, dado que la propuesta fue presentada de forma conjunta, evidenciando la herencia indígena y africana en la zona.
En esta jornada de la UNESCO, celebramos y valoramos los significativos esfuerzos que realiza dicha entidad para fomentar la colaboración internacional entre los Estados en ámbitos como la educación, la ciencia, la cultura y la comunicación. De igual forma, reconocemos la labor que desempeña en favor de preservar el legado cultural y natural global, brindando apoyo a los Estados miembros en la identificación, protección y conservación del patrimonio, como medio para mantener viva la herencia.Este artículo fue originalmente difundido en El Día.















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