Salud

Jornada Global del Queso: 4 preparaciones para gozar de este manjar tradicional

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Una de las múltiples leyendas relata la historia de un comerciante que, durante una larga travesía por el ermo, ideó una manera astuta de preservar la leche para su sustento.

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Con motivo del Día Mundial del Queso, que se celebra cada 27 de marzo, los entusiastas de este exquisito lácteo tienen una razón adicional para gozar de sus diversas variedades y texturas.

El queso, ese manjar flexible y presente en muchísimas cocinas del orbe, es sin duda uno de los productos más estimados por los apasionados a la buena mesa. Desde complementar una pasta recién hecha hasta ser el elemento principal de un bocadillo mañanero o una tabla de aperitivos antes de un encuentro, su adaptabilidad y gusto lo han vuelto fundamental en múltiples preparaciones culinarias.

El origen del queso es tan enigmático como antiguo. Una de las múltiples leyendas relata la historia de un comerciante que, durante una larga travesía por el ermo, ideó una manera astuta de preservar la leche para su sustento. Usando el estómago de un cordero como contenedor, transportaba la leche en su viaje. Al abrirlo, se sorprendió al ver que la leche se había cuajado y fermentado gracias al cuajo natural del órgano y las altas temperaturas.

Al probar este nuevo alimento, el hombre comprendió que había descubierto un método de conservación transformador. Desde ese momento, el queso se estableció como un comestible clave para los viajeros, dada su facilidad de transporte, larga vida útil y su alto contenido proteico y graso. Por supuesto, esta es tan solo una de las versiones del relato.

De esta manera, esta conmemoración resulta como un obsequio para los sentidos, una oportunidad para explorar las ilimitadas opciones que este alimento brinda. En sintonía con esta festividad, Infobae sugirió una selección de recetas creadas por profesionales de la cocina.

Esta concisa guía no solo rinde homenaje a la abundancia culinaria que el queso aporta, sino que también ofrece una vivencia gastronómica singular, donde cada mordisco es una celebración de sabor y tradición.

Así pues, desde entrantes hasta postres, cada platillo está meticulosamente preparado para realzar las virtudes de este lácteo tan valorado. Los cocineros demuestran gran ingenio, combinando sabores y texturas para proporcionar una vivencia culinaria memorable.

En un cuenco, depositar la mezcla base, el impulsor de cocción, la sal y el queso rallado. Añadir la mantequilla fría, desmigándola con las manos o con un tenedor. Incorporar el huevo y el agua o la leche, uniendo la pasta apenas amasando. Extender a unos 2 centímetros de grosor y cortar con un molde del tamaño y forma deseada. Poner los scones en una bandeja para horno previamente engrasada.

Hornear en el horno precalentado a temperatura moderada (180°C) por unos 15 minutos o hasta que adquieran un tono dorado. Partir y rellenar con embutido o lo que se prefiera.

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-Salchichas para aperitivo o salchichas para asar (opcional).

-Otros aditivos opcionales para rellenar los perímetros: queso y vegetales asados.

En un recipiente amplio, formar un hueco con la harina y verter en el centro un poco de agua tibia, la levadura, el dulzor y el aceite de oliva. Mezclar estos componentes hasta que la levadura se disuelva en el líquido.

Integrar paulatinamente la harina desde los bordes del hueco hacia el centro, hasta formar una masa uniforme. Añadir la sal y seguir batiendo la masa hasta que se vea tersa y elástica. Cubrir la masa con un paño limpio y dejarla levar en un sitio templado por cerca de 30 minutos, o hasta que haya doblado su volumen.

Cortar las Manzanas en láminas y elaborar un caramelo con el azúcar y la mantequilla. Caramelizar las manzanas, cocinándolas brevemente hasta que estén suaves. Reservar.

Elaborar un arenado con la mantequilla fría, el azúcar y la harina. Una vez listo, añadir las almendras troceadas. Triturar un paquete de galletas de vainilla y mezclar con dos cucharadas de mantequilla derretida. Colocar en el molde y presionar con una cuchara hasta formar la base. Cocinar dos minutos en el horno. Verter la preparación del cheesecake y repartir las manzanas por todo el molde. Hornear a 140 grados hasta que los bordes estén firmes y el centro se mueva ligeramente. Verter el crumble por encima y cocinar unos minutos más. Dejar entibiar dentro del horno. Refrigerar por 12 horas y desmoldar. Se puede servir con nata montada.

Precalentar la brasa y poner la pieza de provoleta en el centro de una sartén. Distribuir las lonchas de jamón de manera uniforme sobre la provoleta. Colocar las tiras de pimiento, las rodajas de tomate y las rodajas de cebolla encima del jamón y la provoleta. Para incorporar un extra de gusto, rociar un poco de ron sobre los ingredientes.

Asar la provoleta y los componentes durante unos cinco a siete minutos, o hasta que el queso esté completamente fundido y burbujeante, y los ingredientes estén tiernos y ligeramente tostados. Una vez cocida, retirar la provoleta del fuego y dejarla reposar unos instantes antes de servir.

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