Desde el año 1988, cada 30 de noviembre se conmemora la Jornada Mundial de la Ciberseguridad, siendo la persona usuaria la pieza inicial en la línea de defensa.
Comunicaciones que imitan a organismos legítimos, hurto de claves de acceso o conexiones inalámbricas engañosas son solo algunos de los “riesgos digitales” que podemos enfrentar en línea.
Los perpetradores de delitos informáticos están constantemente buscando nuevas maneras de embestir a quienes navegan, usando la falta de conocimiento o debilidades en sus salvaguardas, y sus blancos son variados con potenciales desenlaces diversos para la persona.
El usuario particular y el trabajador son el primer eslabón en la secuencia de protección, y el criterio común junto con una formación elemental sobre los embates y engaños digitales más frecuentes en la red resultan cruciales.
1- Los criminales cibernéticos emplean diversos instrumentos para sustraer credenciales o tomar dominio de nuestros aparatos, por lo cual es imprescindible mantener los teléfonos, tabletas u ordenadores bien resguardados —mediante software antivirus— y con las aplicaciones, exploradores o sistemas operativos debidamente al día.
2- “Poner al día, poner al día, poner al día. Es vital mantener siempre actualizados tanto los sistemas operativos como el software o las apps —incluso si su uso es escaso—. Los atacantes explotan fallos de seguridad para infiltrarse en nuestros equipos y otros dispositivos sin que lo notemos”, concuerda Luis Corrons, de la firma Avast.
3- Es necesario ser cauteloso con las redes a las que nos enlazamos, en particular las redes WIFI, sobre todo si son públicas, dado que son muy susceptibles de ataque: se debe abstenerse de realizar cualquier operación que implique el intercambio de datos personales.
4- Empleo de un administrador de contraseñas: con algo de fortuna, pronto podremos dejar de depender de ellas, pero hasta que eso ocurra, lo más relevante es no usar las mismas credenciales para distintos servicios.
Este contenido fue hecho con la asistencia de una inteligencia artificial y contó con la revisión del editor/periodista.
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