La circulación de vehículos dinamiza a la gente, apoya el intercambio comercial e impulsa la expansión económica. Sin embargo, también forma parte de los ámbitos que más gases de efecto invernadero emiten globalmente.
Hallar el punto medio entre la capacidad de moverse y la responsabilidad ecológica es uno de los mayores retos actuales, según lo establece la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
Aparte de enlazar poblaciones y agilizar el movimiento de bienes, la ONU señala que un esquema de transporte ecológico puede fomentar progresos en ámbitos fundamentales: atenuación de las disparidades, fortalecimiento del rol femenino, merma de la miseria y medidas contra la alteración climática.
Cada 26 de noviembre se celebra la Jornada Mundial del Transporte Sostenible, una efeméride instituida por la Asamblea General para destacar la importancia de infraestructuras seguras, fáciles de usar y económicas en el progreso de las naciones. La ONU enfatiza que sin un sistema de transporte eficaz es imposible la conexión económica, el progreso social ni un vínculo de colaboración internacional genuino.
Datos curiosos sobre el impacto medioambiental
La marca de carbono anual promedio por habitante en el planeta asciende a 5.9 toneladas.
Optar por no usar coche puede recortar esa huella hasta en 3.6 toneladas cada año.
Sustituir un coche convencional por uno eléctrico disminuye, en promedio, 2 toneladas de gases expulsados anualmente.
Este contenido fue hecho con la asistencia de una inteligencia artificial y contó con la revisión del editor/periodista.















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