Se piensa que de haber estado operativa la unidad PC1 o si el EDAC no hubiera reaccionado de manera excesiva, se habría podido prevenir el colapso.
El Instituto de Energía de la UASD avaló el dictamen del Organismo Coordinador (OC/SENI) en su informe definitivo, publicado la noche de este miércoles, que atribuye el apagón general (blackout) del día 11 a un fallo humano.
El apagón del 11 de noviembre de 2025 comenzó a las 13:23:15, con un percance en la subestación de 138/69 kilovatios (KV) de SPM1, cuando un operario abrió un seccionador energizado de la línea de 138 kV SPM1-Cumayasa, en lugar del destinado a aislar la línea SPM1-Coastal, según el reporte.
Esta acción equivocada provocó un alza repentina de corriente y una alteración transitoria en la frecuencia del sistema, causando el colapso total del Sistema Eléctrico Nacional Interconectado (SENI), lo que derivó en un apagón masivo a las 13:25:16, apenas 2 minutos y 4 segundos tras el fallo inicial. En ese instante, la generación del SENI se desplomó de 2,978 megavatios (MW) a casi cero.
El informe señala que este suceso puso de manifiesto la escasa inercia del sistema (algo habitual), debido a la gran incorporación de energía fotovoltaica sin respaldo inercial.
Los expertos de la UASD sostienen que dicho error desencadenó una falla en cascada que fue magnificada por una respuesta exagerada del sistema de protección (EDAC), forzando la desconexión de la generación en menos de un segundo.
La intervención excesiva del Esquema de Deslastre Automático de Carga (EDAC), de forma desmedida, originó una sobrefrecuencia que desconectó Punta Catalina 2, desestabilizando el sistema y provocando su colapso completo en poco más de dos minutos.
Se recalca que el incidente expuso la baja inercia del sistema, atribuible a la gran presencia de energía solar y a la falta de sincronización entre los esquemas de protección y control.
Se indica que “este tipo de fallos en infraestructuras vitales tienen repercusiones directas sobre la economía y la inversión”.
El documento aclara que en esta ocasión, la protección diferencial de barras en la subestación SPM1 no contuvo la falla, puesto que carecía de ella.
Los sistemas de protección de líneas y barras actuaron entre 3.36 y 40.80 ciclos (56 a 680 ms), mientras que los de los generadores empezaron a desconectarse entre 18 y 20 ciclos (300 a 334 ms), sugiriendo que la mayoría se dispararon más lentamente de lo aconsejado. La corriente del arco fue de 929 amperios, mucho menor que las corrientes de cortocircuito, lo que dificultó la respuesta de los relés de sobrecorriente.
La perturbación se extendió, afectando la subestación SPM2 y sus enlaces, y retirando centrales como CESPM (Unidades 1,2,3), Energas 4 y BioEnergy. En ese momento, las generadoras Sultana del Este y Bersal estaban paradas, y la línea LT El Soco-Hato Mayor 1 estaba fuera por mantenimiento.
Esto provocó un descenso de la frecuencia del SENI a 58.9 Hertz, activando el Esquema de Deslastre Automático de Carga (EDAC). La retirada brusca de generación fue de 429.51 MW (165.06 MW de fotovoltaica y 264.45 MW de térmica), y se desconectaron 258 MW de la demanda. La primera acción del EDAC fue desmedida, revelando una deficiencia en la selectividad y el ajuste de los sistemas de protección.
La ausencia de coordinación entre los dispositivos de protección y el EDAC, sumada a la alta participación de generación fotovoltaica sin soporte inercial, contribuyó al colapso. La Planta Punta Catalina 2 (PC2) intentó estabilizar el sistema, pero fue desconectada por bajo nivel de agua en el domo superior de la caldera debido a variaciones extremas de frecuencia.
La planta AES Andrés también sobrepasó su límite y salió de servicio. Se tiene la impresión de que de haber estado disponible la unidad PC1 o de no haber habido una actuación desmedida del EDAC, el colapso podría haberse eludido.
De acuerdo con el informe, la recuperación del sistema se calificó como sobresaliente. A las 18:00, el SENI había repuesto el 25% de la demanda, y para las 4:00 del 12 de noviembre, estaba casi totalmente restablecido, logrando una generación similar a la del día anterior (2,894 MW).
Las conclusiones del informe destacan la solidez del sistema de transmisión del SENI, la responsabilidad de la ETED por la maniobra errónea y la respuesta inadecuada de las protecciones, así como las fallas en la sincronización entre las protecciones de líneas, los mecanismos de control de frecuencia y el EDAC.
Se subraya la necesidad de optimizar la coordinación, la relevancia de la Central Térmica de Punta Catalina para la regulación de frecuencia, y el efecto adverso de la alta cuota de energía solar sin respaldo inercial.
Las sugerencias incluyen revisar y coordinar los parámetros del EDAC con los relés de distancia y las protecciones de las plantas, instalar grabadoras digitales de fallos, mejorar la integración de energías renovables incorporando sistemas de almacenamiento con baterías para emular control inercial, reforzar la formación del personal operativo, mantener al día el inventario físico de equipos en subestaciones, y actualizar y validar periódicamente los protocolos de arranque en negro (Black Start).
Este contenido fue hecho con la asistencia de una inteligencia artificial y contó con la revisión del editor/periodista.














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