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Por la Mtra. Monserrat Rodríguez León, titular de la Licenciatura en Ciencias de la Nutrición en la Universidad Autónoma de Guadalajara (UAG)
El paso de los años es inherente al ser humano, pero lo que ingieres hoy determinará el bienestar que gozarás mañana. Por ello, es crucial tomar decisiones acertadas durante la juventud, dado que la calidad de vida en la edad avanzada depende en gran parte de las acciones u omisiones previas.
De forma usual, la gente asocia el concepto de “vejez” con padecimientos y limitaciones, no obstante, la evidencia científica indica que no tiene que ser forzosamente así. Hoy en día es factible alcanzar un envejecimiento pleno, lo cual trasciende el mero aumento en la esperanza de vida: implica alcanzar los 70 años manteniendo un buen estado físico, anímico y mental, y libre de enfermedades crónicas.
Se ha comprobado que para lograr un envejecer con buena salud es vital prestar atención a la dieta al menos dos décadas antes, procurando que esta sea de alto valor nutritivo, es decir, rica en frutas, vegetales, granos enteros como el arroz y la pasta, legumbres y grasas benéficas.
Iniciar pronto es esencial, pues modificar los patrones de alimentación y el modo de vida requiere esfuerzo, adaptaciones en la rutina y constancia diaria para implementar estrategias efectivas y llegar a la senectud en un estado de salud ideal.
Es fundamental tomar conciencia de que una buena alimentación no representa un sacrificio pasajero, sino una modificación de hábitos sostenible a largo plazo, para toda la vida.
Para ello, es indispensable incorporar a la dieta cotidiana productos frescos y eludir por completo los alimentos procesados, asegurar el consumo de fibra, tanto de origen animal como vegetal, que provean proteínas de alta calidad para conservar la masa muscular, y optar por aquellos que contienen lípidos naturales superiores, como el aguacate.
Afortunadamente, en México la diversidad gastronómica regional permite mantener una dieta sana en cada plato. Recuperar lo tradicional de la cocina mexicana asegura que, a través del consumo de nopales, frijoles, tortillas y otros componentes, se fortalezca la salud a un costo accesible y preservando las costumbres.
Por el contrario, seguir un régimen alimenticio con exceso de carnes procesadas, bebidas azucaradas, azúcares añadidos y alimentos ultraprocesados disminuye la probabilidad de llegar a la vejez con plenitud.
Tales productos no solo aportan calorías vacías, sino que desplazan a los alimentos verdaderamente nutritivos. Hay que recordar que el objetivo es elegir mejor y, en lo posible, abstenerse de consumir alimentos que perjudican la salud.
No olvide que fomentar el hábito de beber agua simple también es importante; su organismo no requiere de bebidas endulzadas o alcohólicas para funcionar.
Investigaciones sugieren que actualmente solo 9 de cada 100 adultos mayores alcanzan la vejez en condiciones óptimas. ¿Y usted cómo desearía afrontar esa etapa vital? Iniciar una inversión en la salud no solo significa prevenir la diabetes y la hipertensión, sino que el fin buscado es conseguir un bienestar integral.
Si bien la dieta ocupa un rol significativo, también es necesario examinar otros aspectos como la actividad física y el estado anímico.
Un envejecimiento saludable implica que durante los últimos años la persona pueda movilizarse y realizar sus actividades cotidianas manteniendo su autonomía, por lo que es importante dirigir esfuerzos también hacia la salud global mediante la práctica constante de ejercicio, garantizar un reposo adecuado y cuidar el aspecto mental.
Recuerde que cada gesto positivo a favor de su salud es una inversión para su futuro.















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