Disney+ lanza la versión restaurada y ampliada de la serie documental que marcó un antes y un después en la narración musical. Los propios Beatles guían el testimonio, devolviendo el protagonismo a sus voces y memorias.
La trayectoria de los Beatles siempre ha estado dispersa entre libros, discos, grabaciones de material de archivo, filmes y relatos que a menudo parecen piezas sueltas de un rompecabezas infinito. Sin embargo, *The Beatles Antología*, estrenada este viernes en Disney+, ofrece algo inusual en torno a esta banda: la sensación de escucharles directamente. A lo largo de nueve capítulos, el grupo relata su historia desde su perspectiva, sin filtros externos ni el halo mítico que los rodea usualmente.
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El proyecto recupera la serie original de mediados de los noventa, presentada ahora con restauración a cargo del equipo de Peter Jackson, el mismo detrás de *Get Back*. El resultado es un material que irradia cercanía y sentido del tiempo, pero también una visión que oscila entre el orgullo, el humor, la memoria y las dudas. Los cuatro miembros reaparecen con sus voces, sus gestos y sus respectivas versiones de los acontecimientos.
La serie se fundamenta en una idea primordial que el propio Paul McCartney resume al indicar que “al dejar atrás los obstáculos, decidimos que podríamos ofrecer el relato definitivo de los Beatles… y pensamos que sería bueno contarlo de adentro hacia afuera, y no al revés”. Esta declaración, de 1994, estructura toda la propuesta.
Ringo Starr también deja claro su objetivo: “Lo han escuchado de todos los demás. Ahora pueden oírlo de nosotros”. No hay afectación, ni intento de ocultar las discrepancias. De hecho, la serie muestra cómo los testimonios se entrecruzan, cómo cada uno recuerda sus vivencias de forma distinta. El mismo Paul lo reconoce más adelante: “Terminas dándote cuenta de que es casi imposible obtener la historia definitiva, ya que la gente observa las cosas desde ángulos diferentes”.
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Ese punto de partida se convierte en el motor de la narración, ya que en lugar de forzar los episodios en una única línea argumental, *Antología* permite que las diferencias cobren vida.
El primer segmento nos lleva a Liverpool, en la posguerra, una urbe marcada por los bombardeos. Ahí nacen John, Paul, George y Ringo. La serie no magnifica ese origen, sino que les permite hablar. Ringo lo comenta con una mezcla de sarcasmo y afirmación: “Mi madre solía decir que la Segunda Guerra Mundial comenzó porque yo nací”.
Las primeras ausencias, las prolongadas internaciones de Ringo, el fallecimiento de las madres de John y Paul… todo se presenta narrado con una sencillez que evita la pompa. Luego relatan la llegada de discos importados, el descubrimiento del rock and roll y el desarrollo de una visión compartida.
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A partir de ese momento, el foco se traslada a Hamburgo, lugar donde la banda experimentó su primer gran impulso. George lo resume sin rodeos: presentarse allí era tocar “en el corazón de la ciudad más caótica del planeta”. Fue allí donde The Beatles dejaron de ser un grupo juvenil para transformarse en una formidable fuerza escénica.
El documental evoca el instante en que Ringo, aún tocando con Rory Storm and The Hurricanes, se encuentra con ellos. Cuando finalmente ingresa al grupo, siente que todo encaja. Y no se omite el coste físico pagado por algunos: la serie muestra el ojo magullado de George tras la sustitución de Pete Best.
La aparición de Brian Epstein actúa como un punto de inflexión. John lo resume con una frase que sigue siendo una advertencia para quien crea que las carreras despegan por sí solas: “Si él no hubiera recorrido Londres con las grabaciones bajo el brazo… jamás lo habríamos conseguido”.
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Cuando surge el término “Beatlemanía”, se sustenta en testimonios que siguen asombrando seis décadas después. Ringo recuerda aquel invierno glacial en que viajaban en una camioneta sin parabrisas: “Cuando el de arriba se congelaba, le tocaba ir abajo. Así nos calentábamos”. Esa imagen, a la vez cómica y dura, dice más sobre la vida de gira que cualquier recreación.
El momento decisivo llega con Estados Unidos. Ringo no tiene dudas: “Sentí que conquistamos América”.
A partir de ahí, todo se multiplica: las giras, el cine, la exposición constante, el desgaste. El encuentro con Dylan, la visita a Elvis, la evolución hacia una sonoridad más compleja. Paul relata el origen de “Yesterday” como si todavía le costara creerlo: “Me desperté con la melodía en la cabeza y pensé: ‘No conozco esta canción… ¿o sí?'”.
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La serie dedica un espacio significativo a la etapa en que los conciertos dejan de ser puramente musicales. Ringo explica: “La parte visual estaba tomando el control: nadie nos oía”. George recuerda los petardos entre el público y la atmósfera de riesgo. Paul, inicialmente reacio, acepta finalmente: “Al final, estuve de acuerdo con ellos”.
El último concierto pagado en Candlestick Park marca el fin de la era de las giras. Lo que sigue es una etapa distinta.
La serie aborda el génesis de *Sgt. Pepper*, la exploración, la aparición de ideas que abrieron camino en la música popular. George Martin, el productor, vuelve a ser figura central, lo cual demuestra al escuchar la primera toma de “A Day in the Life”: “Incluso en esta versión tan preliminar, la voz de John te eriza la piel”.
Luego se aborda la muerte de Brian Epstein. No hay sensacionalismo. Está, sencillamente, la reacción de John: “Lo adorábamos y era uno de los nuestros”. Después, confiesa algo que nunca había dicho con tal vulnerabilidad: “Me asusté. Pensé: para nosotros se terminó”.
Rishikesh ocupa un lugar especial, no como postal turística sino como el espacio donde se compusieron docenas de temas. John lo recuerda así: “Nos sentamos en las montañas a comer comida vegetariana horrible y a escribir todas esas canciones”.
El relato avanza hacia la fragmentación interna. Ringo cuenta que se sintió “poco valorado y ajeno” y por eso se ausentó un tiempo. George recuerda otra clase de fisura: sesiones en diferentes estudios, cada uno por su lado. Esa noción conecta con su idea recurrente: allí, cada uno tenía su propia versión.
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La serie vuelve al momento del recital en la azotea, que reúne a los cuatro con su esencia: tocar juntos, sin artificios. Ringo lo define: “Cuando estábamos enfocados en algo bueno, el ruido se disipaba”.
El documental concluye con el final inevitable: Apple en problemas, Allen Klein, matrimonios, decisiones que desestabilizaron el equilibrio. Pero también resalta la fortaleza creativa de *Abbey Road*, que George Martin describe como una obra que solo pudo surgir gracias a ellos.
Ringo resume la intensidad de aquellos años con una frase que cobra más peso en retrospectiva: “Fue mágico. Momentos de afecto genuino entre cuatro personas. Una conexión asombrosa”.
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John, desde las grabaciones de archivo, lanza la frase que parece destinada a zanjar cualquier debate: “Nada podrá romper el cariño que nos tenemos”.
El nuevo capítulo, el noveno, incluye material inédito de Paul, George y Ringo reunidos en los noventa. Allí se escucha de nuevo la tristeza de George por la ausencia de John: “Siento un poco que John no pudo tener esta oportunidad con nosotros. Creo que la hubiera disfrutado”.
Paul, por su parte, se asombra del efecto que tuvo volver a colaborar: “Tras tanto tiempo, te conviertes en un ex-Beatle. Pero al regresar al estudio con *Antología*, vuelves a formar parte de la banda”.
Este contenido fue hecho con la asistencia de una inteligencia artificial y contó con la revisión del editor/periodista.















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