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Cada noviembre, muchísimos varones alrededor del planeta dejan crecer su bigote por una causa que trasciende lo meramente estético: ‘Movember’. Esta iniciativa global se originó en Australia en 2003, cuando un grupo de colegas decidió usar el bigote como emblema para abordar problemas de salud que a menudo son silenciados por los hombres.
Desde entonces, ‘Movember’ se ha transformado en una campaña internacional cuyo objetivo es generar conciencia, educar y salvar vidas, centrándose en tres áreas clave: el cáncer de próstata, el cáncer de testículo y el bienestar emocional masculino.
El carcinoma de próstata es el más habitual entre los hombres y una de las principales causas de defunción en mayores de cincuenta años.
Lo alarmante es que en sus fases iniciales no presenta síntomas. Muchos hombres se sienten bien y, por ello, posponen la visita al urólogo hasta que la afección está avanzada.
Por tal motivo, el diagnóstico precoz es crucial. Se aconseja que los caballeros mayores de 44 años (o incluso antes si hay historial familiar) se sometan a una analítica de PSA y una revisión prostática anual con su especialista.
Cuando se identifica a tiempo, el cáncer prostático tiene una probabilidad de recuperación que supera el 90%, gracias a tratamientos vanguardistas como la cirugía asistida por robot, la radioterapia focalizada o procedimientos de invasión mínima.
A diferencia del anterior, el carcinoma testicular afecta mayoritariamente a varones jóvenes de entre 15 y 39 años.
Suele manifestarse como un bulto o aumento de volumen en uno de los testículos, generalmente sin dolor. En no pocas ocasiones, el hombre lo percibe por accidente mientras se ase o se viste.
Por suerte, es un tipo de cáncer con elevadísimas tasas de curación (superiores al 95%) si se detecta pronto. Por ello, autoexplorarse los testículos cada mes es un recurso simple y de gran impacto.
Si observas alguna anomalía, consulta sin temor. El hallazgo temprano puede significar la diferencia entre una intervención menor y un tratamiento prolongado.
-La tristeza profunda, la preocupación y el suicidio impactan a millones de varones en el mundo, pero muy pocos solicitan asistencia.
La mentalidad de “ser fuerte”, “soportar” o “no mostrar fragilidad” ha provocado que muchos hombres guarden silencio ante el malestar anímico.
La realidad es que la tasa de suicidios masculinos es el triple que la femenina, y la mayoría de estos incidentes podrían haberse prevenido con atención oportuna.
Dialogar con un allegado, buscar orientación profesional o participar en grupos de apoyo puede generar un cambio significativo.
Cuidar la psique es igualmente cuidar el cuerpo.
En este mes, y durante todo el periodo, recuerda tres mensajes concisos pero potentes:
3. Expresa tu estado anímico y pide ayuda cuando la requieras.














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