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ESTAMBUL (apro). — Cuatro miembros de una familia turco-alemana perdieron la vida durante sus vacaciones en Estambul a causa de una intoxicación que inicialmente se atribuyó a alimentos callejeros, pero que ahora parece deberse a un pesticida empleado contra chinches en el hospedaje donde se encontraban, según fuentes oficiales turcas y medios como Deutsche Welle y la prensa germana.
La pesquisa sigue abierta y, de momento, no existe un dictamen oficial sobre la causa de muerte, si bien el suceso ha resultado en la detención de varias personas, la clausura del establecimiento y un debate en Turquía y Alemania sobre la utilización de compuestos altamente venenosos en áreas turísticas, tal como han reportado periódicos como taz y Merkur.
La familia Böcek, conformada por Servet y Çigdem y sus hijos Kadir Muhammet, de 6 años, y Masal, de 3, residían en Hamburgo y viajaron a Estambul el 9 de noviembre. De acuerdo con el sitio Firstpost y publicaciones alemanas como Bild, se alojaron en un pequeño hotel del distrito de Fatih, en la parte histórica de la ciudad.
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Pocos días después, el 12 de noviembre, empezaron a sentirse indispuestos con síntomas como malestar estomacal, vómitos y vértigo. Conforme a los reportes preliminares recogidos por la cadena Deutsche Welle, el grupo familiar había consumido comida en la vía pública de Ortaköy y Besiktas — incluyendo bandejas de mejillones, kokoreç (vísceras de borrego asadas), patatas rellenas y postres tradicionales –, por lo que la primera hipótesis apuntaba a una posible toxiinfección alimentaria.
Los cuatro afectados recibieron atención médica en un hospital y fueron dados de alta, pero su estado se agravó al regresar al alojamiento. Los dos niños pequeños expiraron primero; la madre falleció al día siguiente y el padre murió el 17 de noviembre tras pasar varios días en terapia intensiva.
Inicialmente, la Fiscalía de Estambul abrió una investigación por posible intoxicación alimentaria y ordenó el arresto de varios expendedores de comida ambulante relacionados con la ruta de la familia: un puesto de mariscos, un local de golosinas turcas, un negocio de kokoreç y una cafetería, de acuerdo con información difundida por medios locales.
No obstante, los exámenes iniciales de las muestras no revelaron indicios claros de productos en mal estado. Además, no se reportaron otros incidentes de malestar entre los consumidores de esos mismos establecimientos en las fechas examinadas, lo cual debilitó la teoría de la comida callejera como origen del envenenamiento.
Paralelamente, empezaron a surgir pistas que sugerían que la intoxicación podría haber sido provocada por un insecticida. Una de las habitaciones del hotel había sido tratada el 11 de noviembre por una compañía de control de plagas sin licencia, supuestamente para combatir bichos, incluyendo una posible plaga de chinches, en un área próxima a donde se hospedaba la familia.
Un dictamen forense preliminar sugiere que la familia “posiblemente” no sucumbió por una intoxicación de alimentos sino por una exposición química. Una de las principales sospechas es la exposición al gas fosfina, que puede generarse a partir de plaguicidas a base de fosfuro de aluminio usados en ciertas desinfecciones, y cuya inhalación es extremadamente peligrosa en espacios cerrados.
El hotel donde el grupo familiar estaba alojado fue clausurado y puesto bajo averiguación. La Fiscalía de Estambul comunicó la detención del dueño del recinto, personal de recepción y encargados de la empresa fumigadora, además de varios comerciantes de comida que continúan bajo escrutinio. En total suman 11 aprehensiones, algunas en prisión preventiva y otras bajo supervisión judicial.
Según Bild y el periódico alemán Merkur, en documentos judiciales se especifica que el hotel había contratado a una firma de control de plagas que operaba sin los permisos necesarios y cuyo técnico admitió no contar con la habilitación para realizar fumigaciones. La investigación sugiere que se empleó una mezcla de compuestos insecticidas en una habitación, y los conductos de ventilación pudieron haber facilitado la dispersión de los vapores a otras zonas del edificio.
Otro detalle que ha generado gran indignación es que, según reconstrucciones del caso publicadas por Merkur y el portal taz, la familia pudo haber quedado atrapada en el interior del hotel la noche en que su salud se deterioró gravemente. El encargado de la recepción admitió haber asegurado la puerta principal para ausentarse del sitio, y las grabaciones de seguridad muestran al padre intentando forzar la entrada con uno de los niños en brazos mientras una ambulancia esperaba afuera.
El caso ha recibido amplia cobertura de la prensa alemana. La revista Stern, el periódico Welt y otros medios recogen las declaraciones del abuelo de los menores, Yilmaz Böcek, quien ha exigido una investigación “sin omisiones” y rendición de cuentas claras por el deceso de su hijo, su nuera y sus nietos.
Al mismo tiempo, autoridades turcas y alemanas están examinando otros incidentes recientes de malestar de turistas en Estambul, incluyendo el de otro ciudadano germano que falleció en circunstancias que podrían estar ligadas al uso de plaguicidas en alojamientos vacacionales, según reportó t-online. Hasta ahora son averiguaciones independientes y no se ha confirmado un nexo directo, pero el empleo de sustancias químicas en la desinsectación de hoteles y apartamentos turísticos se ha convertido en el principal foco de preocupación.
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