La conmemoración del Día de Acción de Gracias es una costumbre marcada por la congregación familiar, cuyo objetivo primordial es compartir y gozar de la compañía de seres allegados, incluyendo, frecuentemente, a los amigos más íntimos.
Para que esta jornada resulte verdaderamente especial, el componente culinario es fundamental, y hay ciertas recetas que no pueden faltar en el menú de este día.
Estos gustos no solo forman parte de la tradición, sino que brindan esa calidez que une a todos los comensales alrededor de una comida memorable.
Acción de Gracias, que se celebra el cuarto jueves de noviembre en Estados Unidos, principalmente, tiene sus orígenes en una festividad iniciada en 1621, cuando los colonos de Plymouth compartieron un banquete con la tribu Wampanoag como muestra de gratitud por su primera cosecha exitosa en el Nuevo Mundo.
Con el paso del tiempo, esta celebración se transformó en una fiesta nacional de agradecimiento, reconocida oficialmente como día feriado en 1863, cuando el presidente Abraham Lincoln decretó que se realizara en noviembre.
Desde entonces, el *Thanksgiving Day* se ha distinguido por ser un momento de introspección sobre la gratitud y el reencuentro con la familia.
A pesar de sus raíces históricas, hoy la celebración es abierta, recibiendo no solo a los parientes, sino igualmente a amistades y seres queridos, quienes se congregan en torno a una mesa repleta de platos típicos.
A continuación, le ofrecemos una selección de cinco preparaciones que este año deben ser las protagonistas en el paladar de sus invitados, sin importar dónde festeje:
Pavo relleno: Este es el elemento principal incuestionable. El pavo asado es una costumbre que se remonta a las primeras celebraciones, y es usualmente rellenado con una mezcla de pan, cebolla, apio y especias como el tomillo y el romero, que le otorgan un sabor distintivo. Muchos prefieren marinarlo antes para asegurar su humedad, y en ciertas zonas se elabora con toques singulares que reflejan el folclore local.
Puré de patata con salsa gravy: El puré de patata, servido con salsa gravy, es una guarnición clásica que complementa el plato fuerte. La salsa gravy, preparada con los jugos de la cocción del pavo, es un elemento tradicional que aporta untuosidad y una nota salada a cada porción.
Salsa de frutos rojos (arándanos): Esta salsa fresca y ligeramente agria contrasta con el sabor del pavo. Los arándanos, que crecen en Norteamérica, poseen una larga trayectoria en el continente y añaden un matiz vibrante a la mesa. Es un ingrediente icónico que además armoniza con los gustos más potentes de otros platillos.
Tarta de calabaza: En la sección de postres, la tarta de calabaza es la reina. Su gusto especiado con canela, nuez moscada y jengibre evoca el cambio de estación y el inicio del periodo invernal. Es un dulce reconfortante que finaliza la comida con un dulzor.
Guiso de Judías Verdes/ Green bean casserole: Este guiso, cuya popularidad creció en el siglo XX, se ha ganado su espacio en la mesa de Acción de Gracias. La combinación de judías verdes con cebolla crujiente y crema de champiñones es un clásico que aporta frescura y textura al festín.
Este contenido fue hecho con la asistencia de una inteligencia artificial y contó con la revisión del editor/periodista.















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