Periodistas de Listín Diario dialogaron ayer con la progenitora de Stephora, quien manifestó su angustia por desconocer el destino de su hija.
“Cada día, a las cinco de la mañana, percibo su voz que me dice ‘mami, es hora’, y me levanto para prepararle su comida, luego voy a su cuarto, pero no hay nadie”, relata entre sollozos Loveli Raphael Joseph, madre de Stephora.
Han transcurrido ya 360 horas desde que Stephora no ha retornado a su hogar, ni ha vuelto a abrazar a su progenitora, a quien solo le queda aquel último saludo de la fatídica mañana del 14 de noviembre, al dejarla en el centro educativo Da Vinci: “Adiós, mami. Te quiero, mami”.
No hay palabras que puedan aliviar a esa familia, pues Stephora Anne-Mircie Joseph era la única compañía de su madre y la única descendiente de su padre, quien reside en Estados Unidos, y que acababa de cumplir 11 años hacía 9 días.
“Mi niña me asiste en todo. Ella es mi maestra, mi orientadora en español, me ayudaba a desenvolverse mejor porque es modelo. Es una infante de buena salud, muy perspicaz, ignoro qué sucedió, solo necesito conocer la verdad sobre lo que le pasó a mi única hija”, expresa la madre con voz quebrada.
Nos dirigimos al rancho Los Caballos, situado en el sector La Chichigua de Gurabo, cerca de la Circunvalación Norte. Listín Diario pudo conversar con Pedro Muñoz, encargado del recinto, quien confirmó que la propiedad cuenta con entre 16 y 20 cámaras, cuyo dispositivo de grabación (DVR) fue entregado al general Juan Bautista Jiménez Reinoso, quien se presentó al lugar junto a un fiscal y agentes de la Dirección de Investigaciones Criminales, días después del suceso.
Muñoz indica que solo se alquila el área externa de la finca, que incluye quiosco, alberca y jardín; usualmente para encuentros de adultos. Asegura que según el acuerdo, quien arrienda se hace responsable del personal de socorro, seguridad y demás; ya que en el rancho solo hay un empleado que ofrece servicios si se requiere con previo permiso de la administración, lo cual no fue el caso.
No obstante, Pedro Pablo Martes, director de la Regional 08 del Ministerio de Educación, declara que en el distrito no posee registro alguno donde se haya solicitado permiso para efectuar esta salida, ni se encuentran las autorizaciones parentales para que los menores participaran en ella.
“Hasta el momento, no tenemos constancia de que ellos puedan demostrar que sacaron a los alumnos cumpliendo los protocolos desde el Centro al distrito, y del distrito a la regional; eso no existe”, explica.
Sostiene que para trasladar a los estudiantes fuera de un centro se requiere un propósito pedagógico definido. “Un objetivo curricular, es un tema inmerso en el programa de estudios de ese nivel que será abordado y por eso van a un sitio específico, porque el contacto directo con el evento facilita un aprendizaje más significativo; entonces, si no se alcanza ese objetivo curricular, también se infringe el protocolo”.
Sin embargo, Martes no afirma categóricamente que se hayan vulnerado los procedimientos, ni detalla las consecuencias aplicables, ya que explica que esa facultad recae en el ministerio.
Listín Diario contactó a los directivos del colegio Da Vinci, quienes explicaron que están a la expectativa de que la fiscalía finalice su informe investigativo para poder emitir cualquier declaración pública al respecto.
Quince días después, en las entidades de Santiago existe un silencio tan profundo que infunde temor en cualquier residente, dado que ninguna de las autoridades, ni del ministerio de educación, ni del ministerio público, ni defensa civil, ni la policía, ni los directivos del colegio Da Vinci han aclarado lo acontecido con Stephora.
A pesar de esto, su madre dirige un mensaje a la magistrada Jenny Berenice Reynoso: “usted también es madre, comprende lo que significa para una progenitora perder a su única hija, sabe cómo me siento. Yo solo anhelo ver las grabaciones, necesito saber qué ha ocurrido, necesito saber qué fue de mi hija”, expresa entre lágrimas.
Este contenido fue hecho con la asistencia de una inteligencia artificial y contó con la revisión del editor/periodista.














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